Órgano de la Catedral de Mérida El arzobispo Martín Tritschler y Córdova fue quien emprendió el proyecto de proveer a la Catedral de Mérida de un buen órgano que se ajustara a las exigencias modernas. Así es como en 1902 adquirió ese instrumento musical de la casa A. Wagner y Levien Sucs., de Alemania, una de las más acreditadas fabricantes de órganos. Para su instalación mandó construir también un nuevo coro alto, que armonizara con la arquitectura de la Catedral. Estas mejoras tuvieron un costo de 40,000 pesos. El órgano fue salvajemente despedazado en 1915, durante la época de Salvador Alvarado. Posteriormente, Martín Tritschler y Córdova inició una colecta en toda la Diócesis, para comprar un nuevo órgano en sustitución del antiguo que había sido destruido. Como no se juntó la cantidad necesaria para la adquisición del aparato, el arzobispo suplió el déficit. Este nuevo instrumento fue fabricado en la Ciudad de México, pero sus piezas principales fueron de manufactura alemana. Su constructor fue Alfredo Wolburg y su costo exacto fue de 19,600 pesos. Fue inaugurado y bendecido el 30 de abril de 1938. Estuvieron presentes el arzobispo de Yucatán, el obispo de Campeche, en lugar de honor, y ocuparon sitios de preferencia los padrinos y madrinas nombrados. Concurrieron a la ceremonia más de cuatro mil personas. Terminada la ceremonia religiosa, J. Jesús Estrada ejecutó magistralmente en el nuevo instrumento algunas piezas de música seleccionada. Algunas de las piezas alemanas han sufrido deterioro a través del tiempo, con la consiguiente merma de sus posibilidades acústicas. Ha sido restaurado por dos técnicos estadounidenses, J.C. Williams y John Hendriksen. Trabajaron la tubería, el mecanismo del teclado y anexos, el sistema impulsor del aire, fuelles, entre otras cosas. Los tubos metálicos —desde pequeñas flautas de aguda voz hasta largos caños de grueso calibre y tono profundo—, sumaban 1,226, pero han sido aumentados considerablemente. Muchos de los antiguos tubos tuvieron que desecharse por inservibles. La nueva consola de madera sustituye a la antigua; trabaja por medio de un sistema electrónico computarizado y está dotada de todos los adelantos que exige esta actividad artístico-musical moderna. Su triple teclado, sus pedales e innumerables llaves de registro son capaces de transmitir a la tubería una infinita variedad de voces y combinaciones armónicas. El sistema propulsor de aire y los fuelles, que se hallan en bastante buen estado, son los originales, aunque reforzados con magnetos y otros elementos electrónicos modernos.