Orden del Verbo Encarnado y Santísimo Sacramento Orden de religiosas que llegó a Mérida en noviembre de 1987, por invitación de Jorge Alfonso Vales Solís, director del Albergue Josefina Montes Molina, con el fin de hacerse cargo del cuidado de las residentes de la tercera edad. Las primeras religiosas que vinieron fueron María del Carmen Ornejo Valadez, en calidad de superiora Rosa María Costa Montero María de los Ángeles Melgarejo y Juanita Munguía. Los primeros meses convivieron con otras religiosas, principalmente con las Hermanas de los Ancianos Desamparados, quienes han dirigido el Asilo Celaráin para aprender a acercarse a los ancianos, ya que esta Orden se fundó con el fin de impartir clases a los niños. Posteriormente, se trasladaron al Albergue Josefina Montes Molina. Iniciaron con dos residentes Alba Carrillo y Ely Tió Baqueiro, y al año ya tenían 19. Tienen como propósito atender a las ancianas y transmitirles un mensaje de bondad, paz y libertad así como promover las vocaciones religiosas entre las jóvenes. Construyeron una casa sede detrás de la residencia, en un terreno comprado con la ayuda del director del albergue, así como del presbítero Francisco Montañez Jure y otras personas para brindar hospedaje a las novicias de la Orden que, como parte de su servicio de apostolado, tienen que convivir con las ancianas, pero también pueden albergar a las jóvenes interesadas en ingresar a esta comunidad. La Orden se fundó el 21 de mayo de 1633 en Rouen, Francia, por Juana Chezar de Matel es de derecho pontificio y fue aprobado el mismo año. A México llegaron en 1905, con el objetivo preciso de instruir a la juventud mexicana.