O’Horán y Escudero, Agustín (1828-1884) Médico y gobernador interino de Yucatán. Nació en la ciudad de Guatemala durante la época en la cual sus padres, ambos yucatecos, residían allí, pues su padre, el licenciado Tomás O’Horán y Argüello desempeñaba el cargo de presidente del Poder Ejecutivo de esa naciente república. En 1830, la familia se trasladó a Mérida. Aquí cursó los estudios primarios y luego ingresó a la Universidad Literaria. Pasó a la Escuela de Medicina, dirigida por el doctor Ignacio Vado Lugo, donde obtuvo la licenciatura de medicina en 1853, y se doctoró el 7 de enero de 1855 con un destacado examen, en el cual presentó la tesis titulada El exantema. Cabe señalar que en 1848, cuando estudiaba el bachillerato en medicina, se suspendieron las clases debido a la llamada Guerra de Castas, y se unió a las fuerzas militares que combatían cerca de Valladolid.
En 1854, fue nombrado director del Hospital de San Juan de Dios”, el cual fue trasladado en 1861 al amplio local perteneciente al convento franciscano, frente a la Plaza de La Mejorada, cambiándole el nombre a Hospital General; pero en 1862, tras instalarse el comisariado imperial, renunció al cargo, pues él era republicano. Se dedicó al ejercicio privado de su profesión y a diversas actividades políticas dentro del Partido Liberal, en apoyo al general Manuel Cepeda Peraza. Al triunfo de éste, en 1867, fue designado primer consejero del gobierno y presidente del Consejo de Instrucción Superior. En función del primer cargo, fue gobernador interino en dos ocasiones; pero resultó herido cuando acudía a sofocar una revuelta de la guarnición de La Ciudadela. En esa época, se escribió y presentó el llamado Himno patriótico, el cual celebraba la caída del Imperio y la restauración de la República. Al frente del Consejo de Instrucción, fue uno de los creadores del Instituto Literario y reorganizó la Escuela de Medicina y la Escuela Normal de Profesores.
En 1869, fue candidato a gobernador del estado. Contendió contra Manuel Cirerol y Canto. Ambos pertenecían al Partido Liberal; pero al no tener candidato el Partido Conservador, sus integrantes y los moderados se unieron a su candidatura. Las elecciones fueron muy amañadas y con numerosos fraudes, dándosele el triunfo a Cirerol. Al conocerse el hecho, varios altos militares le propusieron al doctor O’Horán levantarse en armas con su apoyo; pero éste se negó rotundamente. Volvió al ejercicio privado de la medicina y contrajo matrimonio en 1882. Al fallecer en 1884, le fueron rendidos solemnes funerales en el Instituto Literario y en la Sala Capitular del Ayuntamiento, así como honras de cuerpo presente en la Catedral de Mérida. Ese día, el Congreso estatal decretó que el Hospital General llevara su nombre.