Fauna Desde el punto de vista faunístico, el territorio de Yucatán queda totalmente englobado en la llamada provincia biótica yucatanense que abarca toda la Península, parte de otras entidades, Belice y el Petén guatemalteco. Es una región con bastante homogeneidad ecológica, con ciertas especies representativas y características, aunque con diferencias internas en cuanto a su distribución, lo cual depende de ciertos factores como régimen pluvial, clase de vegetación y acción del hombre. La fauna peninsular es esencialmente tropical, con predominio de las especies centro y sudamericanas que pudieron pasar fácilmente por no existir fronteras que se lo impidieran. No existen especies excluyentes de la región; más bien se corre el riesgo de extinción de especies. Una característica de la fauna yucateca es que, aunque existe una considerable diversidad de especies, son pocos los individuos en cada una de ellas y además son de menor tamaño que los de su misma especie en regiones más al Sur.
De los muchos estudios sobre la fauna yucateca se destacan los de Gaumer (1917), Gaige (1936) y sobre todo el de Pearse (1938); se menciona también el Diccionario de la Fauna Yucateca (1947), de Pacheco Cruz y el estudio de Haitig (1979) sobre las aves.
Selvifauna. Cuando había selvas en Yucatán eran típicos habitantes de ellas los monos araña y aulladores, el pavo de monte, el kambul o faisán, el tapir y los felinos. Ahora es excepcional encontrar algún ejemplar.
Mastofauna. Hay alrededor de un centenar de especies. En las zonas de matorrales había venado, jabalí, puerco espín, haleb, pisote y armadillo, que ahora son escasos. En cambio los murciélagos son abundantes en cantidad de ejemplares y en números de especies, debido a la abundancia de cuevas y cenotes en que se refugian.
Entomofauna. Las condiciones de humedad y temperaturas elevadas favorecen la existencia de numerosas especies de insectos, algunas de las cuales llegan a convertirse en plagas o representan molestias y peligros, como el gusano barrenador, tábano, garrapata, mosquitos, que incluye a los transmisores del dengue y del paludismo; nigua, chinche, pulga y gran variedad de hormigas, arañas, langostas, mariposas y moscas.
Avifauna. La diversidad de aves es realmente notable y pocas regiones del mundo contienen tan alto número de especies en una extensión territorial reducida. Una de las zonas más importantes es la franja de terreno bajo, inundable, con pantanos, marismas, ciénagas y esteros, que se extiende a todo lo largo de la costa norte. Es el hábitat de numerosas especies de aves acuáticas, algunas de ellas migratorias, pudiendo citarse garzas, ibis, patos, gallaretas, flamencos, espátulas, rabihorcados, cormorán, gaviotas, etcétera.
En el interior de la entidad, en los matorrales, hay codorniz, chachalaca, perdiz, tórtola, y en las zonas arboladas existen colibrí, gorrión, urraca, tordo, calandria, cardenal, etcétera. Además de aves canoras, como chinchinbakal y ruiseñor (xkok). En los poblados hay golondrinas, palomas, lechuzas y zopilotes.
Herpetifauna. Hay abundancia y diversidad de reptiles, ya que éstos prefieren los climas cálidos y con poca variación térmica a lo largo del año. Existen iguanas, lagartijas, tortugas y serpientes; de éstas las ponzoñosas son: coralillo, nauyaca y cascabel, la cual tuvo mucha importancia entre los mayas.
Ictiofauna. La costa de Yucatán queda comprendida en lo que se conoce como Banco o Sonda de Campeche, catalogada entre las más ricas zonas pesqueras del mundo. Se encuentran concentraciones importantes de mero, robalo, sierra, huachinango, cazón, etcétera; así también moluscos y crustáceos diversos como: pulpo, calamar, cangrejo, camarón, jaiba, ostión, etcétera.