Sociedad La Unión Sociedad coreográfica y recreativa fundada el 2 de febrero de 1857 en Mérida, a iniciativa del comerciante Carlos María Quijano, quien fue secundado por Manuel y Gustavo Castilla, Perfecto Solís, Gustavo Díaz, entre otros. Uno de los motivos de su fundación, según un discurso de su directiva, fue darle espacio y relevancia social a la clase media, ya que «(los) terratenientes y burguesillos del Liceo de Mérida (…) cerraban sus puertas de oro a los hombres y mujeres de la clase media». En un principio su nombre fue Sociedad de la Unión y se definieron, según su reglamento de 1862, como una «reunión de amigos, cuyo único objetivo es promover y llevar a cabo todas las diversiones lícitas que sean posibles y permanecer siempre unidos para ayudarse mutuamente todas las ocasiones que la necesidad exige». Para 1892, habían cambiado su denominación por Sociedad La Unión. En 1898 ya contaban con su propio casino, que lo definían en su reglamento, aprobado en ese año, como el «centro de reunión de los socios, en que se verificarán veladas, conciertos y todas aquellas fiestas y solmnidades en que las bellas artes y las bellas letras proporcionan al espíritu gratas expresiones». En 1878, desde París, Francia, el pintor, Juan Gamboa Guzmán, comenzó a enviar anualmente un cuadro a La Unión, puesto que su presidente, Manuel Dondé, era uno de sus mecenas; en 1878 mandó tres cuadros aprobados ya por un calificado jurado parisiense; a este pintor se le debe un cuadro donde aparecen los nombres de los socios de La Unión y fue secretario alguna vez de esta sociedad. A La Unión, se le deben las promociones más entusiastas de las fiestas carnestolendas en Mérida; fueron siempre comentados sus bailes de máscaras, de fantasía, las veladas, los homenajes y las ceremonias de aniversario. Tuvo su local sobre la calle 59, al costado oriente del parque Hidalgo, y ofrecía todas las comodidades: billares, biblioteca, salones de baile, de lectura, entre otras. Asimismo, contó con un teatro propio que se ubicó en el predio núm. 503 de la calle 62, y tuvo por nombre Carlos María Quijano. El casino también era dado en renta a otras sociedades coreográficas que no poseían local, como Paz y Unión, Recreativa Popular, entre otras. La Unión subsistió hasta principios de 1970.