Santa-María, Javier (1854-1910) Poeta y dramaturgo. Nació y murió en la Ciudad de México. Muy joven se trasladó a Mérida acompañando al político e historiador Eligio Ancona y en esta ciudad produjo la mayor parte de su obra poética y dramática. Contrajo matrimonio con la yucateca Eva Zetina. El 29 de octubre de 1875, la Legislatura del Estado, por decreto, lo declaró ciudadano de Yucatán. José Esquivel Pren, en su obra Historia de la Literatura en Yucatán, señala que Javier Santa-María colaboró en el semanario Pimienta y Mostaza durante la primera época (1894), al lado de periodistas y literatos de la talla de Pedro Escalante Palma, Gonzalo Pat y Valle, Ramón Aldana Santamaría y Miguel Nogués, entre otros. Sin embargo, su actividad literaria la inició en la Ciudad de México donde escribió párrafos de gacetillas, versos y revistas de teatros en el periódico El Siglo XIX, bajo la orientación de Ignacio Ramírez e Ignacio Manuel Altamirano. Tuvo amistad con poetas como Manuel Acuña, Gerardo Silva, Agustín Cuenca y Juan de Dios Peza. En esos tiempos, también colaboró en El Eco de Ambos Mundos y La Revista Universal.
Ya en Mérida, fue socio honorario de la Sociedad La Unión. Desempeñó diversos puestos públicos, entre ellos el de jefe político de Progreso, visitador general de las escuelas del estado, director del Periódico Oficial, diputado en el Congreso local y secretario general del gobierno de Campeche. Colaboró en el Álbum Literario, entre 1891 y 1902, en El Eco del Comercio y El Peninsular. Fue el primer director del Diario Yucateco, nombrado el 2 de marzo de 1907, y director de La Razón del Pueblo, en su segunda época, publicaciones donde se hallan dispersas muchas de sus composiciones poéticas. Algunos de sus poemas fueron incluidos en la antología elaborada por Juan de Dios Peza, La lira mexicana, publicada en 1879.
Escribió poemas sobre motivos patrióticos y cívicos, mismos que llegó a declamar en actos públicos, así como odas y espinelas. Reunió una parte considerable de su abundante producción poética en un libro intitulado Poesías escogidas (1902), del que destacan ¡Para siempre!, y El poema de la cuna. Otro de sus versos importantes es Las brisas, dedicado al Valle de México y considerado por Esquivel Pren como el primero que escribió en Yucatán. También publicó un folleto que contiene su Poema del dolor, motivado por la muerte de sus pequeñas hijas Eva y Dea, editado en 1885 por la imprenta de El Eco del Comercio. La antología elaborada por Guzmán Gamboa, Poesías escogidas (1886), contiene cuatro odas del poeta: Eva, A José Peón Contreras, Composición —leída al iniciarse la construcción de la vía ferroviaria Mérida-Peto— y Resignación. En ocasiones usó el seudónimo «Xavier». Esquivel Pren indica que Javier Santa-María perteneció al Romanticismo y que sus versos «son becquerianos, de tono elegíaco, de un profundísimo sentimiento y de impecable forma».