Sakab (ofrenda de) Esta bebida elaborada con maíz, sancochado, sin cal y endulzado con miel, es ofrecida a los «dueños del monte» en los ritos relativos a la selección del terreno: xíimbal k’áax; el desmonte: kol k’áax; y la quema: tóok, y en donde se espera el permiso y protección de las deidades agrícolas para laborar con éxito la milpa.
Las ofrendas se acostumbran hacer individualmente, poniendo el sakab en jícaras, (recipientes hechos con el fruto de la planta Crescentia cujete) que cuelgan en los árboles que circundan el área.
El sakab también sirve como ofrenda para «conjurar los maleficios de los vientos y de las enfermedades», como cuando se presenta la enfermedad conocida como tos ferina, Xtuhu, sarampión: Usam Ak, viruela: K´a ak, entre otras. El sakab preparado es colocado en Ch´ uyub (aparato formado por un aro de bejucos y suspendido a cierta altura por tres cordeles) en la rama de los árboles cercanos a la casa, en los aleros de ésta y en las puertas; con el fin de que cuando vengan los Yumes (señores) de esas enfermedades, se contenten con aquella ofrenda y pasen de largo sin hacer daño a los moradores de la casa.
El sakab se ofrece también en otros rituales relativos a las labores de la milpa, como son la ceremonia para pedir la lluvia (cha chaak) y la ceremonia de la ofrenda de la primicia (waaji kool), sólo que en estos rituales, además del sakab, se incluyen comidas elaboradas con carne de pavo, puerco y gallina, además del balché, licor elaborado con miel y la corteza del árbol de ese nombre.