Formaciones kársticas

Formaciones kársticas  En las regiones kársticas el proceso de desgaste o dilución de la roca calcárea origina, dependiendo de la localización y características de cada zona, diferentes elementos fisiográficos denominados formaciones kársticas. En la Península de Yucatán, región kárstica tropical, importante por su juventud, existe un amplio grupo de formaciones kársticas, clasificables en menores y mayores. Una simple inspección de la superficie en cualquier sitio de la Península, especialmente en Yucatán, permite observar las pequeñas formaciones características del Karst. Esta palabra es de origen celta y significa país de las piedras. El Karst es una meseta calcárea que se extiende por el extremo nororiental de Italia, al sur de Gorizia y en la base de la Península de Istria.

Los afloramientos de roca caliza son comunes en la mayor parte de Yucatán, y en general de la Península, a través de la cual se desarrollan agujeros circulares, como pequeñas depresiones, así como crestas y surcos desgastados, resultantes de la solución hidráulica de la roca. La mayor parte de estas depresiones son pequeñas, de unos cuantos centímetros de diámetro, aunque en ocasiones pueden alcanzar hasta un metro. Es frecuente encontrar en el fondo de estas depresiones pequeñas acumulaciones de escaso suelo prevaleciente, no siendo difícil hallar hierbas y arbustos que parecen crecer sobre las rocas. En cuanto a los surcos y crestas que se encuentran en la roca caliza, éstos por lo general no tienen una orientación determinada, incluso se entrelazan al azar de diferentes maneras. Sin embargo, en ocasiones se presentan grupos de surcos con patrones geométricos regulares, los cuales al parecer obedecen a controles estructurales o litológicos. Por lo general, estos surcos o pequeñas grietas son muy someras y angostas, con una profundidad no mayor de unos cuantos centímetros. Cuando la disolución se concentra en el cruce de dos o más surcos produce una depresión circular conocida como sarteneja, normalmente de pocos centímetros de profundidad y no más de medio metro de diámetro, aunque ocasionalmente pueden alcanzar hasta un metro de profundidad y metro y medio de diámetro, utilizándose entonces como almacenamientos temporales de agua de lluvia. Las formaciones mayores tienen como principal y más abundante manifestación los cenotes, originalmente una cavidad de disolución subterránea, cuya manifestación a cielo abierto ocurre cuando su techo, o una porción de él, se colapsa; de diferentes formas y tamaños, sus características dependen de su elevación sobre el nivel del mar y la cantidad de bóveda colapsada. Con el paso del tiempo, algunos cenotes pueden taparse con escombros quedando como un gran recipiente que puede llenarse de agua, temporal o permanentemente, convirtiéndose en una aguada, generalmente de paredes de suave pendiente y fondo somero y a veces lodoso. Sin embargo, no todas las aguadas tienen este origen, presentándose en depresiones naturales de hasta 500 m de diámetro; en otros casos éstas tienen modificaciones o adecuaciones artificiales para mejorar o ampliar su capacidad de almacenamiento, condición frecuente en la región de cerros al sur de Yucatán y oriente de Campeche.

En la región oriental de la planicie costera de Yucatán aparecen las formaciones kársticas denominadas hoyas, dolinas con paredes típicamente conformadas en forma de embudo de aspecto espectacular, aunque algunas sin las impresionantes dimensiones que alcanzan otras de hasta 100 m de diámetro en la boca superior y una base, aproximadamente circular y plana, de hasta 30 m de diámetro.

Al sur de Yucatán, en la región de la Sierrita de Ticul, son las cuevas o grutas las formaciones kársticas más representativas, la mayoría relativamente pequeñas y suficientemente por encima del nivel freático para no contener agua, aunque algunas presentan almacenamientos temporales; muchas cuevas tienen aberturas semejantes a las de algunas cenotes, típicamente el acceso a una cámara de 12 a 15 m de profundidad y dimensiones similares en plantas; sin embargo, en algunos casos las cuevas son series de cámaras de diferentes dimensiones interconectadas por pasadizos. A lo largo de la costa peninsular, pero especialmente entre los meridianos 88° y 89° de longitud oeste, se presenta la formación denominada ojo de agua, que son manantiales de agua dulce debajo de ciénagas, esteros e incluso de agua de mar, con gran influencia sobre los ecosistemas circundantes; estos ojos de agua se encuentran en ocasiones a varios cientos de metros de la costa, por debajo del mar; en Florida se han encontrado hasta a 5 kilómetros de la costa. Resumiendo, en la Península de Yucatán se manifiestan predominantemente formaciones kársticas recientes en continuo proceso de evolución, sin que aparezcan algunas formaciones típicas, comunes en otras regiones.

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