Langosta marina Crustáceo decápodo marino del género Panulirus, considerado uno de los más finos y deliciosos manjares del mar por el sabor y textura de su carne, firme y blanca. Existen en la Península tres especies: langosta cubana o del caribe, P. argus, que es la más abundante y aporta la casi totalidad de la producción; langosta pinta o moteada, P. guttatus, que constituye un pequeño porcentaje de las capturas, y langosta verde, P. levicauda, tan escasa que prácticamente nunca se encuentra. Las tres especies son bastante parecidas, salvo por el color y algunos detalles del carapacho. Tiene cuerpo cilíndrico con el abdomen o cola gruesos y musculosos, 10 patas largas y delgadas, antenas igualmente largas y delgadas y un duro caparazón articulado, cubierto de espinas rígidas que les protegen de los depredadores. Habitan preferentemente fondos rocosos o coralinos y son omnívoras, pero se alimentan en especial de moluscos y crustáceos. Su explotación comercial se inició a principios de los 60 en Isla Mujeres y Cozumel. Posteriormente se fue ampliando a otras zonas del litoral caribeño y a partir de 1985 se desarrolló considerablemente en Yucatán, sobre todo en Sisal y Celestún.
Para 1988, la producción en la Península representaba la tercera parte del total nacional. En su mayoría, se destina a la exportación, previamente empacada y congelada. La captura se realiza por buceo autónomo o semiautónomo, con redes, con nasas y mediante las llamadas sombras o casitas cubanas, que son refugios artificiales hechos de diferentes materiales que los pescadores instalan en zonas de fondo arenoso para atraer a las langostas y atraparlas más fácilmente. Además de las tres especies citadas, pertenecientes a la familia Panuliridae, existen en aguas de la Península otras de la familia Silaridae, llamadas langostas de arena, zapateras o cucarachas de mar, que tienen las antenas más anchas y aplanadas. Son por lo general pequeñas y aunque se consumen localmente carecen por completo de valor comercial.