Fernández de Ipenza, Andrés (¿-1643) Obispo de Yucatán. Fue designado para ocupar la silla episcopal en sustitución de fray Alonso de Ocón, promovido a la Diócesis del Cuzco, pero su muerte se lo impidió. Nació en la Rioja Castellana, en la villa de Arnedo. Obtuvo el grado de bachiller de cánones en la Universidad de Alcalá de Henares y recibió la borla del doctorado en derecho canónigo en la Universidad de Ávila. Crescencio Carrillo y Ancona señala en su obra El Obispado de Yucatán que como sacerdote secular, Fernández de Ipenza viajó a América acompañando al arzobispo de México, Francisco Manzo y Zúñiga, en 1629. Durante el viaje, de carácter familiar, realizó actividades como amanuense y secretario, en las que demostró gran responsabilidad y cooperación, más allá de su labor administrativa.
En la Ciudad de México auxilió al prelado Manzo y Zúñiga cuando se suscitó la inundación de 1630, ocasión en la que se dirigieron en canoa a los lugares siniestrados para prestar ayuda a los damnificados. Posteriormente, al presentarse una epidemia, no dejaron de ofrecer consuelo y ayuda a los enfermos y moribundos. También ocupó los puestos de provisor de indios y juez de testamentos y de capellanías. Al ser trasladado Manzo y Zúñiga a la Arquidiócesis de Cartagena, España, para asumir la administración episcopal, Fernández de Ipenza desempeñó el gobierno de la Iglesia de México provisionalmente, hasta la llegada del nuevo metropolitano, Francisco Verdugo. Regresó a España y fue designado inquisidor de la Primada de Toledo. Cuando cumplía con esta responsabilidad, se le otorgó la vacante de la Diócesis de Yucatán, y el rey Felipe IV lo presentó ante la Santa Sede como obispo de esta provincia en 1643. El Papa Urbano VIII le concedió las bulas correspondientes el 6 de octubre de ese mismo año, sin embargo, Fernández de Ipensa enfermó de gravedad y falleció el 24 de octubre en Toledo, a los 18 días de haber firmado el Papa las mencionadas bulas. Su nombre aparece en la Galería de la Sala Capitular de la Catedral de Mérida.