Litografía Arte para hacer impresiones por medio de la piedra, cuya operación consiste en escribir o dibujar en un tipo particular de laja con un lápiz o una tinta preparada químicamente. Las primeras publicaciones impresas en Yucatán carecieron de ilustraciones, pues no había quien dominara esta técnica. Justo Sierra O. y Vicente Calero, editores de el Museo Yucateco, se lamentaban en 1845 de la falta de elementos para ilustrar gráficamente sus producciones. Como antecedente de la introducción de la litografía en Yucatán, en nota aparecida en febrero de ese año, el Registro Yucateco informó del establecimiento de un pequeño taller de daguerrotipia, a cargo de Antonio Pallás, quien prometió reproducir los retratos de algunos obispos y sacar las vistas de la Catedral, la iglesia de Jesús y otros elegantes edificios de Mérida. Pero la aparición de ilustraciones en el Registro Yucateco no se verificó sino hasta agosto de 1846, cuando se publicó la primera litografía para un escrito de «José Turrisa», anagrama de Justo Sierra, que era una vista de la Catedral de Mérida. Se desconoce quién tomó el original, pero la plancha aparece impresa en La Habana y firmada por L. Costa. Asimismo, fueron hechas en esa ciudad las subsiguientes ilustraciones que aparecieron en los tomos III y IV del Registro Yucateco, pues llevaban el mismo pie y firma. Algunas de ellas, cuyos originales parecen haber sido tomados en Yucatán, fueron la iglesia de Jesús o Tercera Orden, vistas de Yalahau y Cozumel, las ruinas de Chichén Itzá, los retratos de Lorenzo de Zavala, José Martín y Espinoza, José Martínez de la Pedrera y Juan Hübbe. El dibujante y grabador Gabriel V. Gahona, «Picheta», también contribuyó al desarrollo de este arte, al grabar muchas de sus caricaturas, para Don Bullebulle. Su única litografía, el Cristo de las Ampollas, vio la luz en 1850. Sin embargo, le corresponde a José Dolores Espinosa y Rendón haber sido el primero que estableció en Mérida un taller de litografía en forma. Marchó a La Habana en 1848 y permaneció ahí 10 años. Estudió dibujo en la Academia de San Alejandro y la técnica del arte litográfico bajo la dirección de Costa en la litografía de la Sociedad Económica de Amigos del País, de la que llegó a ser gerente por algún tiempo. Regresó a Mérida en 1859 y trajo consigo los elementos necesarios para el establecimiento de una buena litografía, que puso en funcionamiento de inmediato. En ella se imprimieron las ilustraciones del periódico La Guirnalda, las del libro Poetas yucatecos y tabasqueños, y se tiró la publicación Repertorio Pintoresco, ilustrado con vistas, algunas a colores, del cual Espinosa y Rendón era su editor. A su muerte, ocurrida en 1869, los elementos de su litografía pasaron a manos de Ricardo Caballero, de origen cubano, y algunas de sus partes se conservaron en la Imprenta Gamboa Guzmán. En Yucatán, el dominio de la litografía se fue extendiendo con el paso del tiempo, como lo demuestran las ilustraciones aparecidas en las múltiples publicaciones que surgieron durante la segunda mitad del siglo pasado, hasta la introducción de nuevas tecnologías promovidas por la industria periodística y editorial, que desplazaron paulatinamente el uso de este arte. (Véase: Imprenta).