Ixil (cebollas de)

Ixil (cebollas de)  Planta que pertenece a la familia de las liliáceas y, aunque no puede precisarse el momento histórico en que se inició su cultivo tradicional en el pueblo de Ixil, estudiosos como el antropólogo José Tec Poot consideran que se remonta a la época colonial, ya que la cebolla no es originaria de América. Su bulbo o cabeza es de menor tamaño al de las otras variedades conocidas en Yucatán, de color rosado y sabor menos ácido, debido a que contiene poca resina. Para mediados del siglo XIX los habitantes de Ixil ya tenían como una de sus principales actividades productivas la horticultura y uno de sus productos más sobresalientes, la cebolla de Ixil. Esta variedad sufrió un proceso de adopción al terreno árido y pedregoso de Yucatán, tomó características propias y se convirtió en una cebolla criolla, que se reproduce por medio de semillas y sólo da una cabeza por planta, diferenciándose de la conocida con los nombres de X-lot-cebolla o X-masewal-cebolla, que se reproduce por medio de cabezas y la cultivan los campesinos milperos de la zona centro, sur y oriente de Yucatán. El ciclo productivo de la cebolla de Ixil mantiene ocupados a los campesinos mayas las cuatro estaciones del año.

La siembra del semillero se inicia a mediados del mes de septiembre y esta etapa tarda tres meses, tiempo en el que la plantita alcanza 25 cm de tallo, tamaño requerido para el trasplante. Las cebollas se arrancan y se siembran de nuevo en unas eras previamente preparadas, cuyas dimensiones son de 12 m de largo por 1 m de ancho, aproximadamente. En la actualidad, algunos horticultores prefieren sembrar las cebollas por mecates cuadrados para aprovechar el sistema de riego por medio de bombas de agua. En las eras, las plantas se siembran con 5 o 7 cm de distancia para que adquieran un buen desarrollo. Del cultivo de la cebolla se obtienen tres productos: las hojas, los botones en flor y las cabezas. En el tiempo de la cosecha se arrancan las matas de cebolla, actividad que se realiza tres meses después del transplante, cuando las hojas tienen un color amarillento, y los horticultores las trasladan a sus casas. Ahí, a las plantas destinadas para cabeza se les cortan las hojas secas y los bulbos son expuestos al sol para que se sequen, lo cual permite que se conserven durante un tiempo determinado y queden listos para el autoconsumo y comercialización. Con las plantas destinadas para semillas se hacen manojos y se cuelgan de los techos de las casas: los tallos hacia arriba y las flores ya secas hacia abajo. Las semillas se alojan en unas vainas, las cuales no son tocadas hasta un mes después, poco antes de iniciarse el nuevo ciclo productivo. Por tradición oral se sabe que en épocas pasadas la producción de la cebolla de Ixil era abundante y el período de cosecha y comercialización duraba hasta cinco meses, para lo cual se construían trojes, conocidas con el nombre maya de k’it, donde se guardaban. Las trojes se construían con varas de carrizo y eran colocadas encima de los moyo’ob (rincones) de la casa de paja. Esta forma de conservación permitía el paso libre del aire y preservar en estado seco a las cebollas. También se dice que en las primeras décadas de este siglo, el lugar predilecto de los horticultores para vender las cebollas era en los bajos del portal de granos de Mérida, donde no se veía otro tipo de cebolla que no fuera la de Ixil. De manera secundaria se comercializaba en los poblados circunvecinos y las haciendas. Con el auge de la industria henequenera se introdujo el ferrocarril y al instalarse la vía férrea entre Mérida y Progreso, pasando por Chicxulub Pueblo, se amplió el mercado de la cebolla de Ixil. En ese tiempo, se inició el desplazamiento paulatino de esta variedad de cebolla, al penetrar otros tipos provenientes del centro del país y de Estados Unidos de América. Sin embargo, hoy día se preserva la tradición del cultivo de las cebollitas de Ixil y los consumidores, cuando se acerca la fecha de la cosecha, viajan al pueblo de Ixil para encargar anticipadamente la producción, aun cuando su costo es más alto que el de las otras variedades, porque todavía se cultiva por medios tradicionales, en pequeña escala y en determinadas épocas del año con mayor tiempo de trabajo.