Itzamná

Itzamná  Dios creador considerado una de las más importantes divinidades del antiguo panteón maya. J. E. Thompson, en su libro Historia y religión de los mayas, escribe el nombre de esta deidad como Itzam Na, de manera separada y, según él, esta palabra se deriva de Itzam, vocablo que tradujo como iguana y de Na, casa, es decir, Casa de Iguanas. Al parecer Hunab Ku e Itzamná eran un solo dios y mismo personaje, considerado dios padre, hacedor de los hombres y de todas las cosas. En la Relación de Valladolid y Tiquinbalón se dice que los indios de la segunda población adoraban a un solo dios llamado Hunab Itzamaná o Itzamná. Hunab, «único», era un nombre que se aplicaba al creador. Thompson refiere que Itzamná poseía varios aspectos y nombres como Itzam Na Kauil, o Itzam Na de la Buena Cosecha; Itzam Na T’ul o Itzam Na Conejo; Itzam Na Kinich Ahau o Itzam Na Señor Rostro del Sol; Itzam Na Cabul o Itzam Na Productor con sus manos, Itzam Cab o Itzam Cab Ain, Itzam Na Tierra o Itzam Cocodrilo de Tierra; Itzam Na Yaxcocahmut, relacionado con una constelación. Itzamná moraba en el cielo y enviaba la lluvia a los hombres, duplicando la labor de los chaques. La razón de repetición de funciones en dos dioses distintos se debe a que Itzamná era el dios de los jerarcas y los chaques los dioses de los campesinos. Lizana escribió de Itzamat Ul, versión deformada de Itzam Na T’ul, aspecto de Itzamná, que este dios dijo de sí mismo «Yo soy el rocío y la substancia del cielo y de las nubes», y que ese título significaba «El que recibe y posee la gracia o rocío o substancia del cielo».

Landa, por su parte, refiere que en el mes de Mac los ancianos rezaban a los chaques y a Itzamná. En su aspecto de Itzam Na T’ul podía detener las buenas lluvias. En el Chilam Balam de Tizimín hay una alusión a los chaaco’ob t’ul que al parecer enviaban lluvia escasa o inútil. En este mismo libro aparece Ix Kan Itzam T’ul o Itzam T’ul Amarillo, relacionado con una sequía espantosa. Según lo referido había una lado malo en esta deidad representado por Itzam Na T’ul y un lado bueno representado en Itzam Na Kauil. El Chilam Balam de Chumayel menciona a Itzam Na Itzam Tzab, donde Tzab significa: El Cascabel del Crótalo, relacionado con las pléyades. Barrera Vásquez identificó el título de Itzam Na Yaxcocahmut como una constelación, por lo tanto es de suponer que identificaban a Itzamná con las pléyades y tal vez con otras constelaciones. Los diversos nombres de Itzamná están relacionados con la dualidad tierra y cielo. Así, Itzam Tzab y probablemente Yaxcocahmut se refieren al aspecto celestial de Itzamná; e Itzam Cab Ain, «Iguana Tierra» o «Iguana Tierra Caimán», son nombres de Itzamná en su calidad de divinidad de la tierra. En el arte monumental del Período Clásico hay una fusión constante de los aspectos cielo y tierra de Itzamná. Thompson identifica el aspecto terrestre de Itzamná como el dios K de los Códices, donde aparece con una larga nariz bifurcada. También identifica a Itzamná con el dios D de los Códices, donde está representado como un dios viejo desdentado, con la parte que rodea los labios, el mentón y frente, pintada de amarillo y con la barbilla prominente (Véase: Dioses mayas). Tradicionalmente a Itzamná se le considera hijo de Hunab Ku, dios único, y entre las atribuciones que se le dan, está la de ser deidad de la medicina y de la agricultura, además de ser «El Señor de los cielos, de la noche y del día». Se dice también que Itzamná fue el primer sacerdote, inventor de la escritura y de los libros, que dividió las tierras habitadas por los mayas y dio nombre a cada uno de los lugares de Yucatán. Izamal ha sido considerada como el centro principal del culto a Itzamná, ya que, según la tradición, en ella vivió y murió, por lo que se dice que sus restos fueron enterrados en las diferentes pirámides, donde quedaron guardadas las distintas partes de su cuerpo sagrado.