Iqui Balam Según el Popol Vuh, libro sagrado de los mayas votánides, Iqui Balam o El Tigre de la Luna fue uno de los cuatro caudillos que poblaron el sur de Yucatán. Los otros tres hermanos o jefes mayas fueron Balam Cetzé o El Tigre que Ríe; Balam-Akab o El Tigre de la Noche y Macucutah, El que está sentado. El Popol Vuh habla de su partida de Tulán Zuya o Zuyna, sin declarar el paradero del último, o sea de Iqui Balam, que también es conocido como Ek Balam o Tigre Negro. Ricardo Mimenza Castillo en su trabajo Iqui Balam, El Tigre de la Luna, 1932, refiere: «El encomendero Juan Gutiérrez Picón, en su informe de 1579 que forma parte de las Relaciones de Yucatán en el tomo 13 de los Documentos Inéditos relativos al Descubrimiento, Conquista y Organización de las antiguas posesiones de Ultramar, publicadas por la Real Academia de Historia en 1900, nos va a revelar el éxodo de Iqui Balam y su asentamiento en esta tierra del Mayab. Resulta por la relación de dicho encomendero: ‘Que fue poblado este lugar (Ticibalam) por un gran señor que se llamaba Ekbalam, que significa Tigre Negro. Que a este gran señor le llamaban también Cochcalbalam, que significa (Señor sobre todos) Que se ensoberbeció… por lo que le dieron muerte… y que después de haber reinado un buen espacio de tiempo que no se sabe, y que su sucesor Exbalamchac, viendo cercana su muerte, llamó a sus hijos y sus amigos, persuadiéndolos para que hicieran una figura a su semejanza; y que así se hizo después de su muerte; y que este fue el principio de que hubiese ídolos de piedra y barro…’ en el país. Como parece que Iqui Balam, El Tigre de la Luna, tuvo por esposa a Cakixhá, La Guacamaya, y como en Chichén Itzá ha descubierto el sabio americano Mr. Sylvanus Griswold Morley ‘las figuras del Tigre y de la Guacamaya esculpidas de un lado a otro en un pórtico’ y usando de una interpretación ingeniosa es kechcal (garganta torcida) y no Cochcal su apelativo y relacionando a Iqui Balam con los chacmooles descubiertos en Yucatán en sus ruinas mayas, resulta ser Iqui Balam uno de los primeros pobladores y reinantes de esta tierra». Según Ricardo Mimenza Castillo, tal hipótesis se confirma en otras relaciones de Yucatán.