Liceo de Niñas Municipal Escuela pública de educación básica. Creado por decreto fechado en enero de 1845; inició sus actividades el 10 de junio de 1846. Antonio García Rejón concibió la idea de abrir un liceo oficial para niñas, ante la falta de espacios educativos y de atención a la mujer yucateca. El Liceo de Niñas fue dirigido por Martina Marín, quien conducía atinadamente una escuela particular. Se utilizaron 672 pesos para establecerlo y se destinaron 360 pesos anuales para su sostenimiento; a pesar de la falta de recursos en las arcas públicas. El Liceo debía impartir enseñanza a 40 niñas pobres, 10 de las cuales debían de ser indígenas. En las noticias de la época se asienta que la institución atendió hasta 50 alumnas. Además de proporcionar fondos al Liceo, el Cabildo le otorgó protección y vigilancia. Durante el tiempo que funcionó, sus exámenes anuales fueron motivo de elogiosos comentarios en las publicaciones de ese tiempo. Justo Sierra O’Reilly, en El Fénix, exaltó el aprovechamiento notable de las alumnas. Se impartían clases de lectura, escritura, gramática castellana, aritmética, geografía, doctrina, costura y bordado. El 1 de enero de 1848, de acuerdo con La Revista Yucateca, se presentó por vez primera en Mérida un examen público de niñas en el que participaron precisamente las estudiantes del Liceo. Al acto asistió una comisión del Ayuntamiento y fue presidido por el jefe superior político. En 1854, Martina Marín renunció a la dirección por motivos de salud y el Ayuntamiento resolvió cerrarlo y subvencionar, alternativamente, los colegios de Josefa Cámara de Suárez y Carlota Irigoyen de Ferriol, quienes ya habían abierto sus escuelas particulares.