Nuestra Defensa (1918) «Órgano de la Asociación de Hacendados Henequeneros». Se publicó quincenalmente en Mérida a partir del 5 de junio de 1918. Arturo Castillo Rivas fue su director y Francisco Gómez Rul su administrador general. Declaró ser totalmente ajeno «a toda cuestión de carácter político o religioso» y que habría de consagrarse únicamente a la defensa de la actividad henequenera. Los miembros de la asociación tenían derecho a recibir un ejemplar del periódico en su domicilio, libre de porte, en tanto que el precio de venta al público era de 25 centavos. Reprodujo la comunicación que la Asociación de Hacendados Henequeneros envió a la Comisión Reguladora del Mercado de Henequén haciéndole saber la creación de aquel organismo, y comentó la respuesta que dio el consejo directivo de dicha institución gubernamental, en la que indicaba no poder reconocerle a esa nueva sociedad ninguna intervención en las actividades de la Comisión Reguladora, por no tener ningún negocio ni trato formal con ella. Divulgó el reglamento de la asociación, entre cuyos objetivos destacó el de «promover todo cuanto tienda a la conservación, fomento y defensa de la agricultura e industria henequeneras y de cuanto con ellas se relacione en la Península de Yucatán». Opinó que la Comisión Reguladora del Mercado de Henequén era ya una institución obsoleta, que había dejado de cumplir los propósitos para los que fue creada, pues las condiciones sociales habían cambiado desde entonces. Difundió una carta abierta que la Asociación envió al general Salvador Alvarado a propósito de un volante que circuló en Mérida durante esos días y que se expresaba en términos adversos a los hacendados henequeneros. Publicó un artículo sobre la destrucción del henequén en Yucatán, en el que se indicaba que, por falta de cultivo, se habían perdido muchas siembras que para entonces se acercaban al período de explotación, y señalaba que otro problema preocupante era el de la competencia de los cultivadores del agave en otras entidades federativas como Oaxaca y Tamaulipas, así como en otros países como Cuba y Bahamas. Informó sobre las modificaciones que las autoridades federales hicieron a las tarifas aduanales relativas a la exportación de henequén, cuero de res y chicle. Criticó a otros periódicos, como La Voz de la Revolución, por sus opiniones adversas a los hacendados, y a El Universal de México, por considerar que en uno de sus artículos juzgó equivocadamente la situación agraria de Yucatán. Reprodujo las convocatorias de la asociación para asistir a sus asambleas e insertó una cédula de afiliación para ingresar a ese organismo. Se editó en la imprenta El Porvenir.