Naranja agria

Naranja agria  Conocida en maya bajo el nombre de suts’pak’al y comúnmente como naranjo amargo o naranja de Sevilla, especie Citrus auratium, perteneciente a la familia de las rutáceas; la naranja agria es un árbol pequeño y bajo. Con espinas notorias, pero poco punzantes en sus ramas; pecíolos en sus hojas claramente alados y los limbos de forma ovada-alargada, posee flores blancas y muy aromáticas de 20 a 24 estambres; sus frutos son redondeados que toman un color naranja oscuro cuando alcanzan la madurez total. La piel del fruto es gruesa y rugosa y su pulpa comestible; todas las especies de este género son originarias de Asia Oriental, pero la naranja agria proviene del norte de la India y se cultiva desde el siglo XI en Europa, cinco siglos antes de la naranja dulce, y su cultivo se ha generalizado en América hasta naturalizarse en muchas y extensas regiones; su propagación es fácil pues se efectúa mediante las semillas y es común encontrarla en los huertos familiares. El fruto contiene predominantemente un glucósido denominado aurantamina y cuando está fresco y todavía amargo es comestible y se usa mucho para elaborar mermeladas y saborizar licores; las hojas, las flores y los frutos de la naranja agria producen un aceite esencial volátil llamado bergamota que sirve para preparar el licor de mesa llamado curazao; también se utiliza para preparar el agua de azahar, que produce los mismos efectos que la infusión de los tés de hoja. El cocimiento de la hoja, cogollos o flores se prepara en forma de té, para aliviar dolores estomacales, principalmente si existe vómito. Por la gran cantidad de ácido ascórbico que contienen tanto las flores como el fruto, se recomienda comerlo en ayunas para combatir el reumatismo; además, se utilizan cociéndolas y tomándolas como té, para estimular y controlar el sistema nervioso; el jugo de la naranja se usa también para curar tumores y magulladuras, colocando paños sobre la parte afectada; otros usos de la naranja agria consisten en utilizarla como desinfectante para quienes viven de la matanza de cerdos, que la usan para lavar las vísceras y limpiar los utensilios de esta actividad; en la cocina yucateca y del país y en forma extensiva como pie franco para injertar otros cítricos, como el limón o la toronja, pues es una planta muy resistente a la gomosis.