Gómez Farías, Valentín (1781-1858) Presidente de la República, médico y precursor del liberalismo. Nació en Guadalajara, Jalisco, donde realizó todos los estudios hasta obtener la licenciatura en medicina en 1819. Comenzó a ejercer en Aguascalientes, donde en 1820 fue electo diputado a las Cortes Españolas. Al consumarse la Independencia en 1821, regresó a Aguascalientes. En 1824 fue electo diputado al Primer Congreso Constituyente. En 1833 el voto público lo llevó a la Vicepresidencia, pero ocupó la Presidencia en cuatro ocasiones por ausencias del presidente Antonio López de Santa Anna. En esta época trató de hacer cambios radicales en la estructura político-social del país; abolió la pena de muerte por delitos políticos; estableció la Dirección General de Instrucción Pública; introdujo el sistema de enseñanza lancasteriano. Fundó en México la Escuela Nacional de Medicina y dictó medidas de emergencia para combatir la epidemia de cólera que asoló toda la nación. En abril de 1834, fue obligado a marchar al exilio; regresó en 1838, en medio de una gran recepción popular. Poco después, sus enemigos lograron enviarlo a prisión, de donde fue sacado por el pueblo amotinado; en 1840 encabezó una revolución que tuvo un triunfo efímero, durante el cual Farías se mostró generoso y salvó la vida de Anastasio Bustamante, quien ya en el poder lo desterró nuevamente a Nueva York. De aquí, a bordo de la barca francesa «Quitani», desembarcó con su familia en Sisal, el 1 de julio de 1841, acogiéndose a la hospitalidad yucateca cerca de dos años. Vivió en casa de Joaquín García Rejón. Por gestiones del gobernador Miguel Barbachano, el 10 de noviembre de 1843, el Congreso de Yucatán independiente aprobó el pago de 300 pesos que hizo la tesorería por los pasajes en el viaje citado y de la pensión de que disfrutó por disposición del mismo gobernador, mientras Valentín Gómez Farías permaneció en Yucatán. Pasó luego a Nueva Orleáns, hasta 1845 en que cayó Santa Anna; volvió a México y en 1846 nuevamente fue designado vicepresidente, pero asumió la Presidencia desde fines de ese año hasta marzo de 1847. Al separarse del cargo, pasó a ocupar un asiento en el Congreso, y cuando éste se instaló en Querétaro, fue uno de los que se opusieron al tratado de paz con los Estados Unidos de América. En 1850 fue postulado a la Presidencia de la República, pero no ganó, por lo que se alejó de la política, sobre todo en la época del gobierno centralista de Santa Anna. Al triunfo del Plan de Ayutla en 1855, concurrió a Cuernavaca a la Junta de Representantes, que presidió con Melchor Ocampo como vicepresidente y como secretario Benito Juárez. Siendo diputado por Jalisco, formó parte del Congreso que en 1857 aprobó la nueva constitución. Un año después falleció en México.