Nancen

Nancen  Especie: Byrsonima crassifolia. Pertenece a la familia de las malpigiáceas. Esta fruta es conocida en maya con el nombre de chi’. La fruta es una drupa amarilla que contiene una semilla y mide aproximadamente 1 cm de diámetro, es jugosa y puede comerse fresca o en almíbar. Cuando aún no madura, su color es verde y es muy astringente. Si se le desprende así, es necesario madurarla metiéndola en una caja durante un par de días o simplemente no refrigerarla. Al madurar es comestible, pero debe consumirse lo antes posible pues es una fruta que se pudre pronto. Fuertemente aromática. Se prepara una bebida refrescante parecida a la limonada. Mucha gente acostumbra remojarla en aguardiente durante algún tiempo, para consumirla cuando ya absorbió el licor. El habanero de nancen es un licor que resulta del nancen remojado en ron obteniendo una bebida suave. También se utiliza para elaborar crema de nancen, como condimento o para preparar tamales. Esta planta se cultiva en terrenos arcillosos, duros y ácidos, pero también crece de manera silvestre. Maximino Martínez, en su libro: Plantas útiles de la flora mexicana, menciona que el árbol de nancen crece en clima cálido; alcanza 5 m de altura y tiene un tronco de 30 cm de circunferencia. Las ramas son delgadas; su corteza es roja y surcada. Las hojas son persistentes, opuestas, anchas ovaladas, que miden entre 4 y 10 cm de largo, con pecíolo de 2 a 3 cm. Las flores se producen en racimos y son de color amarillo-rojizo. Florece de abril a julio; es resistente a la sequía. Del nancen se aprovecha la madera, que tiene un peso específico de 67 g. Es de color moreno opaco o moreno rosado, algo fuerte y durable, pero quebradiza. Todas las partes de la planta contienen fuerte cantidad de tanino, pero en especial la corteza, las hojas y el fruto. La corteza posee un porcentaje de 17.25 %. Esta proporción puede tener aplicación para curtimiento de pieles y para teñir tejidos de lana y de algodón. En la medicina tradicional, por las propiedades astringentes de su corteza, suele aplicarse para afirmar la dentadura, en los casos de fungosidades de las encías, en la atonía de la mucosa intestinal y en la metrorragia. Se puede usar además, en casos de fiebres y resfríos.