Gremios En Europa aparecen por primera vez en el siglo XIII, sobre todo en el norte de Francia, Flandes y Alemania, como organización que reglamenta los oficios y las artes. En España aparecen en los siglos XIV y XV, originalmente ligados a las cofradías, que agrupaban a los trabajadores religiosos para honrar a un santo patrono y prodigar ayuda mutua. Durante el reinado de los reyes católicos, el gremio adquiere personalidad jurídica, dándose la distinción entre gremio y cofradía; a mediados del siglo XVI se promulgan en España leyes para el gobierno de los gremios, reglamentos de las artesanías, exámenes para ejercer los oficios, etcétera. En la Nueva España, los gremios se multiplicaron durante los siglos XVI y XVII, formando un sistema social corporativo apoyado por las autoridades civiles y eclesiásticas. Al principio sólo se aceptaba a españoles y criollos, pues los reglamentos excluían a indígenas y mestizos; pero a mediados del siglo XVIII éstos comenzaron también a figurar, hasta que en 1813 las Cortes de Cádiz abolieron los antiguos reglamentos. La organización gremial y sus fiestas a los divinos patrones fueron conocidas por los mayas mucho antes que los europeos, posiblemente desde el año 500. Landa describe las siguientes: 21 de abril (primer día del mes muan): fiesta del gremio de cacaoteros, dedicada a sus patrones Ek-Chuah, Chaak y Hobnil; se sacrificaba un perro y se ofrendaban iguanas azules y plumas de pájaros; se repartían mazorcas de cacao. 16 de mayo(sexto día de pax): fiesta de los guerreros, dedicadas a un patrono Kit-Chak-Koh; era presidida por el nakon o jefe militar a quienes se le hacían honores; se representaba una danza llamada hol-kan-okot, que significa danza de los guerreros. 29 de agosto (quinto día de sip): fiesta del gremio de sacerdotes, llamada pokaan, dedicada a Itzamná; sacaban sus libros y los leían, resaltando los buenos pronósticos; bailaban el okot-bil. 30 de agosto (sexto día del sip): fiesta del gremio médico, llamada Ixkil-Ixchel, dedicada a Ixchel, patrona de la medicina; se sacaban las estatuillas de Ixchel y los sacerdotes las embadurnaban con pintura azul; bailaban el chan-tun-yab, que significa momento de espectáculo. 31 de agosto (séptimo día del sip): era la fiesta del gremio de cazadores, dedicada a sus patronos Ah-Kak-nexoy, Ah-Pulá y Ah-Kit-samal-kun; sus aparejos de pesca (redes, anzuelos, etcétera) eran bañados de azul; su danza se llamaba Chohom. 6 de octubre (tercer día de Tzec), gremio de colmeneros; fiesta dedicada al patrono, Hobnil; se ofrecían figuras de miel. 3 de diciembre (primer día de mol); fiesta general de todos los oficios dedicada a todos los dioses; se untaban de azul todos los instrumentos de todos los oficios (desde los de los sacerdotes hasta los husos de las mujeres, e inclusive los postes de las casas); juntaban a todos los niños y niñas del pueblo y se les daba unos golpecitos en las coyunturas de las manos, para que desempeñaran bien sus futuros oficios; la fiesta se llamaba Olob-dzab-kam-yax, que significa: dar y recibir lo azul.
En todos los casos las ceremonias religiosas se realizaban en la casa del que presidía la fiesta, que terminaba con comida y bebida para todos los asistentes y se sorteaba a quien le tocaría presidir la fiesta del año siguiente. Al llegar los franciscanos a Yucatán comenzaron a agrupar a los fieles de sus comunidades para rendir culto a dios, a la virgen María y a los santos patronos de las localidades, siguiendo las ordenanzas vigentes en el siglo XVI; estas agrupaciones se hicieron en función del trabajo que desempeñaban los fieles, brindando así la ocasión para manifestar el sentimiento religioso y hacer fiesta. Los frailes se dieron cuenta de que estas actividades eran tradicionales entre los indígenas, más antiguas que las españolas y muy arraigadas en su contexto religioso, por lo que aprovecharon esa situación para continuar la tradición con los santos patronos cristianos. Esto fue bien aceptado y constituyó el marco general; las ordenanzas reales sobre los aspectos laborales, dado que eran inoperantes, fueron ignoradas; se aceptó a los indígenas, que formaron la masa campesina y la mayoría de la artesanal; se especificaron los patronos de las localidades y las fechas de sus fiestas. Así se fueron integrando, a través de los años, gremios generales, como los de campesinos, señoras, señoritas y jóvenes y otros específicos, como los de comerciantes, ganaderos, panaderos, músicos, albañiles, abastecedores, sombrereros, zapateros, ferrocarrileros, alfareros, entre otros más. Hay también gremios no laborales propiamente, que tienen nombres religiosos, como el de Santa Cruz, Unión de Católicos, Trabajadores Guadalupanos, entre otros.
Las fiestas gremiales más renombradas son: en Mérida, la del Cristo de las Ampollas, en la Catedral; a la Virgen de la Asunción, en el barrio de San Sebastián y al Cristo de la Transfiguración en la parroquia de Santiago; en Tekit, a San Antonio de Padua; en Ticul, al Cristo del barrio de San Juan; en Halachó, a Santiago, y en Valladolid, al Santísimo Sacramento. Los gremios se celebran en los días previos y durante la fiesta tradicional, pero su preparación se inicia desde varios meses antes. El día fijado al grupo, se reúnen sus componentes en casa del que preside; a la hora convenida, que puede ser en la mañana o en la tarde. De ahí parte una procesión llevando sus estandartes, banderas y ofrendas, acompañada por un conjunto musical y por el tronido de cohetes voladores; recorren las calles y llegan a la iglesia, donde los recibe el sacerdote y el gremio hace su entrada, anunciada por las campanas y el estruendo del estallido de petardos; en el altar se depositan las ofrendas e insignias y se celebra una primera función religiosa (misa o rosario).
Al día siguiente, después de otra misa, se inicia la salida del gremio con sus insignias; nuevamente hay campanadas, estallido de petardos, voladores y música; recorre otra vez las calles hasta la casa del que preside y se inicia la fiesta; se reparten tacos de cochinita pibil, relleno negro y pavo en escabeche, se toma refrescos, cerveza y licores, y se hace la elección de quien presidirá la siguiente fiesta, que desde ese momento comienza a preparararse.