Núñez de León, Gaspar (¿-1644) Religioso. Crescencio Carrillo y Ancona lo define como uno de los más prominentes eclesiásticos que ha tenido el Obispado de Yucatán. Nació en España y murió en Mérida, Yucatán. Vino a Yucatán en 1609, nombrado chantre por el rey. En 1619, ascendió a arcediano y en la época del obispo Alonso de Ocón llegó a ser deán y gobernador de la Mitra. Fue comisario del Santo Oficio y de la Santa Cruzada. Molina Solís señala que Núñez de León se distinguió como hombre de grandes letras, prudencia y pureza de costumbres, quien antes de morir ordenó que sus bienes se distribuyesen entre personas necesitadas, y que fue tan apreciado en la provincia que se decía en ese entonces al vacar el Obispado, que si en manos del pueblo fuera elegir prelado, designarían sin vacilación a Núñez de León. El cabildo eclesiástico, en carta dirigida al rey, del 22 de diciembre de 1638, pidió que se nombrase a Núñez de León, obispo de Yucatán, y que se le obligase a aceptar semejante dignidad. Carrillo y Ancona por su parte, escribe sobre este clérigo: «Era amantísimo de las letras, concurría a los actos científicos y se disciplinaba con frecuencia. (…) Fue asistido en su santa muerte por el padre rector de la Compañía de Jesús, por el P. Provincial de San Francisco, por el prior de San Juan de Dios y por sus compañeros del Muy Ilustre y Venerable Cabildo de Catedral. (…) Dejó fundada una capellanía de 3,000 pesos para misas, y otra de 4,000 pesos para que fuesen sacerdotes llevando las varas del palio cuando el Santísimo Sacramento fuera llevado a las casas de los enfermos, y para que además hubiese acompañamiento de algunos instrumentos músicos». Fue sepultado en la Catedral de Mérida.