Novelo, José Inés (1868-1956) Profesor, político, escritor y poeta. Nació en Valladolid, Yucatán, y falleció en la Ciudad de México. De familia humilde, estudió becado en la Escuela Normal de Profesores y se tituló de abogado en la Escuela de Jurisprudencia en Mérida. Según José Esquivel Pren, en su obra Historia de la literatura en Yucatán, menciona que los datos biográficos de Novelo fueron proporcionados por él mismo. Durante 34 años ejerció la docencia en la Normal. En 1902, Olegario Molina, entonces gobernador, lo nombró director del Instituto Literario de Yucatán y presidente del Consejo de Educación Pública. Durante su administración, apoyó la campaña para el establecimiento de escuelas rurales en las haciendas henequeneras, impulsada por la Liga de Acción Social, recién fundada en 1909. El entonces gobernador Enrique Muñoz Arístegui lo destituyó de la dirección del Instituto por participar en la conferencia de Jesús Urueta, (político de Chihuahua que realizaba una gira contra los científicos del porfiriato). Su remoción ocasionó la primera huelga estudiantil del Instituto. En 1911, presentó al Congreso local la iniciativa de ley que creó las primeras escuelas rurales en Yucatán. Poco después, durante el gobierno de Francisco I. Madero, fue diputado y presidente del llamado Bloque Renovador de la XXVI Legislatura Federal y secretario particular de José María Pino Suárez en la Vicepresidencia y la Secretaría de Educación. Desempeñó estos cargos hasta el golpe de estado de Victoriano Huerta y el asesinato contra Francisco I. Madero y Pino Suárez. De noviembre de 1914 a abril de 1915, estuvo en la cárcel de Lecumberri, en calidad de preso político y, al obtener su libertad, se dirigió a Veracruz para colaborar con el presidente Venustiano Carranza. Ocupó la dirección del periódico El Pueblo, en la Ciudad de México, luego la Oficialía Mayor de la Secretaría de Gobernación y la presidencia del Partido Liberal Constitucionalista, cargos que desempeñaba cuando fue asesinado Carranza en 1920. Sus sedicentes amigos políticos lo hicieron víctima de un atentado en el que casi pierde la vida. Sufrió destierro en La Habana y Nueva York durante varios años y colaboró durante su exilio en periódicos cubanos. Escribió bajo el seudónimo «Pif-Paf».
Durante el período cardenista fue director del Diario Oficial de la Federación. Posteriormente, el entonces gobernador de Yucatán, Ernesto Novelo Torres, lo designó representante de su gobierno en la capital de la República. Después fue consejero de la Dirección General de Pensiones hasta su fallecimiento. En su faceta de escritor colaboró en las publicaciones La Revista de Mérida, Pimienta y Mostaza, Álbum Literario, Arte y Letras, Diario Yucateco y El Peninsular, en Yucatán y El Demócrata, El Heraldo de México, El Universal, Excélsior y El Nacional, en la Ciudad de México. Fue autor de ensayos pedagógicos, literarios y polémicos. El cronista de su ciudad natal, Ignacio Lara Gómez, lo llamó el «Artífice del soneto» por su vasta producción poética. Novelo se inició en el movimiento modernista. De su primer libro Versos, 1893, se expresó encomiásticamente Manuel Gutiérrez Nájera que, en aquel tiempo tenía a su cargo la sección literaria del diario El Partido Liberal. Este elogio lo reprodujo 53 años después, como prólogo de la segunda edición del mismo libro. Es autor también de los libros: De mi musa, 1896 con el soneto A su majestad la reina obtuvo el premio del Centro Español de Mérida en los primeros Juegos Florales celebrados en 1903 Gérmenes, 1905 Pétalos, 1909 Abril, 1937 El hombre y otros poemas, 1938 Último abril, 1939 Mieses de otoño, 1940 Rosas de invierno, 1943 Últimas rosas, 1944 Alma patria, 1945 Florecita, 1946 Bajo otros cielos, 1946 Rezagos líricos, 1949 Rimas santas, 1949 Sonetos y poemas de catorce versos, 1949Por una política de Educación Primaria Nacional Mexicana El problema de la educación en Yucatán Últimos rezagos líricos, publicado en 1954. Prólogo de Últimos rezagos líricos está escrito en prosa y describe a las personas que vivieron en 1880, sus edificios y su organización política y social. Por ejemplo, narra el Areópago de Valladolid, especie de Suprema Corte de Justicia o Tribunal Supremo integrado por distinguidos caballeros de la localidad, cuya solvencia moral los hacía acreedores del respeto de la ciudadanía. Recitó poemas, uno el 14 de mayo de 1906, en la inauguración del ferrocarril a Valladolid recitó otro el 29 de abril de 1907, en una velada en memoria de José Peón Contreras, que se celebró en el Circo Teatro Yucateco, y el 17 de septiembre de 1910, al descubrirse en la plaza de San Juan una placa en memoria de Los Sanjuanistas. Dejó inéditos Luciérnagas, así como En la busca y otros poemas, además de La profecía de Huitzilopochtli, poema extenso fechado en 1927 en Nueva York, que según Esquivel Pren nunca pensó publicar. Una escuela secundaria de su ciudad natal lleva su nombre. Fue uno de los fundadores de la Liga de Acción Social de Mérida. El Ayuntamiento de Valladolid, para honrar y perpetuar la memoria de este literato, mandó grabar en letras de mármol su soneto Post-Mortem sobre su monumento. Además, otorga la medalla que lleva su nombre a las personas que se distingan en alguna actividad.