Navarro, Andrés (S. XVII) Fraile franciscano que fue capturado por piratas ingleses, y retenido prisionero durante casi cuatro meses. Al respecto, Diego López de Cogolludo dice que en 1644 llegó a las costas de Yucatán una armada inglesa a cargo del general Jacobo Jackson, conde de Santa Catalina, con el objetivo de atacar el puerto de Campeche. Pero el gobierno de la provincia, al percatarse de las intenciones de dicha flota, ordenó la inmediata protección de los puertos de mar y en especial el de Campeche. Los ingleses no se atrevieron a invadirlo por estar bien resguardado, pero atacaron Champotón. Tomaron el ganado para alimentarse y cometieron actos vandálicos en la iglesia, como el robo de joyas de la virgen y la utilización de la pila bautismal para descuartizar a las reses. Entre los indígenas que capturaron, hubo uno que informó a los piratas de la presencia de los religiosos Antonio Vázquez y Andrés Navarro, que se encontraban en el pueblo de Zihó escondidos para no ser atrapados. Con una compañía de 100 ingleses, fueron a la estancia y capturaron a los dos religiosos, quitándoles lo que tenían. Los embarcaron y, a sugerencia del guardián de la iglesia, Antonio Vázquez, pidieron rescate por ellos, pero éste nunca llegó, por lo que los piratas arreciaron sus maltratos y estuvieron a punto de matarlos. Andrés Navarro tuvo la fortuna de poder escribir al general de la flota inglesa sobre las arbitrariedades de las que eran objeto, éste mandó castigar a los culpables y ordenó al capitán de la nave en la que se encontraban que se les diera mejor trato. Retirados de las costas de Yucatán, con pérdida de tres embarcaciones que quedaron varadas en Las Arcas, los piratas se dirigieron a las costas de La Habana. Antes de salir del canal de Bahama, refiere López de Cogolludo, los azotó un temporal que hizo naufragar las naves inglesas con excepción de la que llevaba a los religiosos, mismos que fueron desembarcados, junto con ocho españoles prisioneros, en las costas de Florida. Más adelante pudieron llegar a La Habana, de donde se trasladaron nuevamente a la provincia de Yucatán. La flota inglesa, escribió el fraile Andrés Navarro, tiempo después de esta aventura, estaba compuesta por hugonotes, calvinistas, arrianos, sacramentarios, protestantes, zuinglianos y otros religiosos, incluyendo algunos católicos, y refirió «Lo que nos sucedió con ellos en ese mar de Cristo, es para nunca acabar: …Juraré con juramento afirmativo que vi a nuestra Señora de Champotón con las vírgenes, que anduvieron en el combés riñendo con los ingleses cuando todos ellos se ahogaron y no quedó sino es nuestro navío en que íbamos entrambos frailes. Y a mi ver fue porque despedazaron de un alfanjazo la cabeza de nuestra Señora y la saquearon a la santa imagen y a todo cuanto tenía, y el castigo que dignamente merecieron fue el ahogarse todos sin quedar ninguno a vida sino es nosotros, …»