Na, Cristóbal (¿-1623) Cacique de Tipú o Tepú, pueblo maya que en ese entonces constituía el límite de las posesiones españolas del Sur. Diego López de Cogolludo dice que era el último en la provincia de Bakhalal y que estaba sujeto al beneficio de la villa de Salamanca de Bacalar. Ayudó a los franciscanos Juan de Orbita y Bartolomé de Fuensalida cuando se propusieron conquistar pacíficamente a los indígenas del Petén Itzá, después del fracaso militar. El pueblo de Tipú contaba con 100 vecinos y su cacique, dice el cronista citado: «era muy afecto a los religiosos y buen cristiano que (…) en otra entrada que después se intentó hacer para reducir aquellos indios, (de Tayasal) ayudando a ella perdió la vida, como se dice en su lugar.» El 15 de agosto de 1618, acompañó a los religiosos, junto con 20 indios principales, en su primer intento por llegar a las tierra de los itzaes, gobernados por el cacique Canek. En el trayecto siempre demostró deseos de ayudar. La historia refiere que cuando hubo necesidad de pasar un río distante a dos leguas de Tipú, cargó sobre sus hombros a los frailes. Este primer viaje quedó frustrado al llegar a la laguna de Yaxhaá, la cual no pudieron atravesar por falta de canoas. A sugerencia de los indígenas regresaron a Tipú. Ya ahí, Cristóbal Na envió a la ribera de la laguna a unos indios carpinteros para que labraran una buena canoa, porque este sitio era rico en árboles de buena madera. Los religiosos salieron de nueva cuenta de Tipú el 28 de septiembre de 1618. Esta vez sí pudieron llegar a la tierra del cacique Canek, pero su intento por reducirlos pacíficamente fracasó. Volverían a intentarlo en 1619.
De Cristóbal Na se vuelve a saber cuando en 1623, el fraile Diego Delgado intentó pacificar a los itzaes. Éste se dirigió al pueblo de Tipú, desde donde envió a Cristóbal Na a pedir licencia a Canek para pasar a su territorio. Na transmitió lo encargado e informó a dicho cacique que eran pocos los españoles que quedaban con el religioso. Le dieron autorización para pasar y al regresar preparó, junto con Delgado, la marcha rumbo a tierra Itzá, llevando consigo a 80 indios de Tipú. Llegaron a la laguna y los itzaes les enviaron canoas para atravesarla y al llegar fueron recibidos pacíficamente, sin dar señales de molestia alguna. Sin embargo, a poco fueron atacados y sin dilación mataron a los españoles e indios de Tipú, incluyendo al cacique Cristóbal Na y al franciscano Diego Delgado. Después de narrar la muerte trágica de estos dos personajes, López de Cogolludo escribe de Cristóbal Na «…el buen cacique de Tepú, por último perdió la vida en esta ocasión en demanda de la conversión de aquellos infieles, siendo la tercera vez que acompañaba a los religiosos, porque se puede entender le habrá premiado nuestro Señor con la gloria.»