Geología La Península de Yucatán es una extensa plataforma constituida en su mayor parte de rocas carbonatadas. Emergió del mar y mantiene un constante movimiento ascendente que ha ido poniendo al descubierto, de manera paulatina, los antiguos fondos marinos. Este enorme bloque calizo muestra espesores de más de 1,000 m en la mayoría de los sitios donde se han hecho sondeos. Los estudios estatigráficos realizados revelan la presencia de diversos materiales calcáreos, dispuestos en una serie de capas irregulares como los depósitos arenosos no consolidados de la costa o cerca de ella, los diferentes tipos de rocas calizas, las margas, coquinas, calizas arrecifales, sedimentos arcillosos de origen lacustre y abisal, calizas compactas dolomíticas y yesíferas, ocasionalmente silificadas. Se han encontrado, fragmentos rocosos no sedimentarios ni calcáreos, como el llamado pedernal o la calcedonia, aunque son muy escasos y dispersos. Los diversos estratos rocosos poseen algunas características que los hacen relativamente similares en su comportamiento y evolución general: su origen sedimentario típicamente marino y su constitución química en la que domina el carbonato de calcio, bajo la forma mineral de calcita. Por lo regular, los compuestos carbonatados ocupan el 90% o más del peso del material; el resto lo conforman diversos componentes llamados impurezas, como son los óxidos de fierro y aluminio y el sílice.
En los estratos rocosos más superficiales se observa la presencia de una capa de calizas compactas, de colores que varían del blanco amarillento y grisáceo al gris oscuro, que se extiende sobre la superficie del terreno o a escasos centímetros por debajo de ella, principalmente en las porciones norte y central de la Península. Este manto calcáreo es una roca sedimentaria formada a partir de la consolidación de enormes depósitos de residuos orgánicos de origen marino, acumulados sobre los fondos oceánicos durante millones de años. En Yucatán, a la primera capa de calizas superficiales se le conoce comúnmente con el nombre de «laja» o «chaltún», especialmente cuando se encuentra bien consolidada, dura y no fragmentada. La segunda capa, a partir de la cual se formó la primera, está constituida también por sedimentos marinos, principalmente pedacería conchífera y arrecifal. Por lo regular es de consistencia suelta, siempre más blanda que la capa calcárea exterior y de color blanco. En razón de esta última particularidad, en Yucatán se le conoce como «sahcab» o «sascab», que en maya significa tierra blanca. Aunque es un manto rocoso relativamente permeable, el «sahcab» se distingue por ser un material que se conserva húmedo y fresco, gracias a su capacidad para guardar parte de las aguas que se filtran hacia los mantos subterráneos. Más abajo del «sahcab» aparecen calizas compactas, con una estructura claramente estratificada. Las evidencias fosilíferas encontradas en las distintas capas rocosas que componen el perfil estra-tigráfico, sugieren que la historia geológica de la Península de Yucatán comenzó en el Cretácico Superior, hace más de 63,000,000 de años, aunque sus formaciones superficiales la sitúan predominantemente en el Terciario y en menor medida en el Cuaternario. El proceso de sedimentación iniciado en las postrimerías del Cretácico continuó en el Paleoceno; sin embargo, fue hasta el Eoceno (Terciario Inferior) cuando se comenzó a producir el levantamiento lento y gradual del bloque peninsular, a partir de la base. Durante el Oligoceno hubo también depósito de sedimentos sobre la porción norte de la Península, que permaneció todavía por debajo del nivel del mar.
En el Mioceno Superior fue cuando la plataforma yucateca empezó a expandirse hacia su periferia, especialmente en sus porciones noroccidental, norte y oriental, mediante levantamientos imperceptibles alternados con eventuales regresiones marinas que no afectaron sus porciones central y sur. Las variaciones que presentan los materiales geológicos que conforman la Península de Yucatán se agrupan en una serie de formaciones calcáreas típicas, cada una de las cuales tiene una distribución geográfica, en correspondencia con el proceso de emersión al que han estado sujetas y que se distinguen por la antigüedad de los organismos fósiles encontrados en ellas.
Formación del Paleoceno-Eoceno Comprende rocas calizas micro y macrocristalinas, de color amarillo o blanco, generalmente dolomitizadas o silicificadas, lo cual explica la ausencia de fósiles. Son las rocas más antiguas de la Península Yucateca y se localizan principalmente en las porciones sur y central, ocupando tres áreas principales: el sur del estado de Quintana Roo, el oeste del estado de Campeche, que se extiende hacia el norte del Petén, ya en territorio guatemalteco, y la sierrita de Ticul.
Formación Icaiché Constituida por calizas blancas con intercalación de margas, yeso y anhidrita de origen lagunar. La formación se localiza en las porciones centro y sureste del estado de Campeche, desde Chumul, 20 kilómetros al norte de Son-Laguna, hasta 30 kilómetros al sur de X’pujil, penetrando el territorio guatemalteco, para formar parte de la cuenca septentrional del Petén. La edad geológica de estas rocas, particularmente de los afloramientos mexicanos, se sitúa en el Eoceno Inferior, con una antigüedad aproximada de 50 a 58,000,000 de años.
Formación Chichén Itzá Se trata de calizas fosilíferas. A partir del tiempo geológico, se divide en tres miembros: X’bacal, Pisté y Chumbec. El miembro X’bacal, cuyo nombre deriva de la localidad Santa María X’bacal, localizada sobre la carretera Champotón-Escárcega, en Campeche, está representado por calizas, a veces blancas o grises, pero generalmente amarillas e impuras. Estas rocas forman pliegues cerrados con declives de hasta 20 grados o más, lo que contrasta con el resto de la formación. Pertenece al Eoceno Inferior. El miembro Pisté comprende calizas blancas y amarillentas, a menudo masivas y a veces en capas más o menos gruesas. Toma el nombre de la localidad de Pisté, ubicada sobre la carretera Mérida-Valladolid-Cancún, muy cerca de Chichén Itzá. Tiene su origen en el Eoceno Medio y constituye una gran parte de las porciones central y centro-occidental de la Península. El miembro Chumbec corresponde a calizas masivas blancas muy cristalinas, con aspecto de mármol sacaroideo. Su nombre proviene de un pequeño poblado situado a corta distancia de la población de Libre Unión. Estas calizas sólo han sido encontradas en una reducida porción territorial, específicamente entre esta población y Dzitás.
Formación Bacalar Constituida por calizas cretosas de un blanco generalmente vivo. Pasa a margas blancas en los niveles inferiores, donde a veces aparecen finas capas de yeso. Localmente se le da el nombre de «sahcab», aunque esta denominación en Yucatán se aplica también a rocas de aspecto cretoso, incluso «caliche», que resultan de la intemperización de calizas de edades diversas. La formación Bacalar, nombre tomado de la histórica población de Bacalar, Quintana Roo, es menos antigua que las anteriores. Se sitúa en el Mioceno Superior y el Plioceno. Aflora en la porción sureste de Quintana Roo, formando yacimientos discontinuos, en particular sobre la carretera Chetumal-Bacalar-Carrillo Puerto, hasta el kilómetro 60, y cerca de Sacxan, dirección oeste.
Formación Estero Franco. Esta denominación se deriva de un centro de extracción de chicle y se aplica a calizas y dolomitas amarillas, muy cristalinas, en capas regulares, a menudo delgadas, a veces con nódulos de calcita con textura sacaroidea. Los estratos superiores, generalmente masivos, tienen un color blanco o rosa. Estas calizas forman la mayor parte del Río Hondo, límite internacional con Belice, y afloran también sobre la carretera Chetumal-Escárcega, donde se presentan intensamente plegadas con declives de más de 60 grados. La formación Estero Franco parece estar recubriendo a la formación Bacalar, por lo cual su edad quedaría comprendida entre el Mioceno Superior y el Pleistoceno.
Formación Carrillo Puerto Corresponde a calizas representadas en sus niveles superiores por calizas blancas, duras y masivas, con ligeros plegamientos, declives débiles, a veces nulos. Sus niveles inferiores son de coquinas, de aproximadamente 1 m de espesor, cubiertas por calizas duras que pasan a calizas cada vez más impuras, a veces arcillosas, de color amarillento a rojizo. El origen de la formación Carrillo Puerto se ubica esencialmente en el Plioceno y se despliega hacia la periferia de la formación Chichén Itzá, en angosta franja que encuentra su mayor anchura en la porción noreste.
Formación del Cuaternario Está representada por calizas coquiníferas, masivas, de color generalmente blanco o crema. Forma una franja de afloramiento, más o menos amplia, a lo largo de la costa norte y oeste de la Península, interrumpida solamente en las inmediaciones de la ciudad de Campeche, en donde las formaciones del Eoceno se extienden hasta el mar. Los estudiosos señalan que es probable que las calizas consolidadas pertenezcan al Pleistoceno, aunque pudieran ser del Holoceno los estratos más superficiales y los más cercanos a la costa, por lo regular más blancos.
Con relación a las manifestaciones tectónicas, la Península de Yucatán se caracteriza por los alineamientos de diversos ejes o fallas, que se agrupan siguiendo las direcciones que se cortan entre sí, de manera sensiblemente perpendicular. Unos ejes tectónicos tienen una orientación nor-noreste/sur-suroeste en la porción oriental de la Península y otros siguen una orientación oeste-noroeste/ este-sureste, claramente marcada por el eje topográfico de la sierrita de Ticul.