Grana Nombre con que fue conocida la cochinilla del nopal y su producto colorante. Esta palabra proviene de la raíz sánscrita kram, que significa arrastrarse. Los árabes, desde hace unos 1000 años, emplearon esta raíz para designar a un insecto hemíptero, Dactylopius coccus, que vive en las hojas de un encino enano conocido como coscoja; al insecto le llamaron quermes y al producto colorante quermezí, de donde provienen las palabras españolas carmesí y carmín, que designan al color rojo rosáceo. La cochinilla del nopal es otro insecto, Coccus cacti, emparentados con el anterior de la familia cóccidos, orden Hemípteros; su nombre en maya es mukay. Es un pequeño insecto redondo y aplanado que vive en las hojas del nopal; la hembra contiene gran proporción de la materia colorante. Este insecto es originario del altiplano mexicano, donde comenzó a ser utilizado por los toltecas; se extendió a la región mixteco-zapoteca y también a Yucatán, pero aquí decayó su uso después de 1441, en tanto que loa aztecas lo fomentaron y desde 1530 interesó mucho a las autoridades de la Nueva España, convirtiéndose en producto de gran comercio, por lo que volvió a ser desarrollado en Yucatán. Habría dos variedades de cochinilla: la fina con el cuerpo cubierto de un polvillo blanco, sutil e impalpable, en tanto que la silvestre se cubre de una borra o pelusilla blanca, espesa y viscosa. En las estadísticas comerciales de 1670 se consigna que por Campeche se exportaban unas 1,000 arrobas de grana fina, cuyo valor era de 20 pesos la arroba, 50 en España y 100 en otras naciones, así como de 2,000 arrobas de grana silvestre, que ahí valían 8 pesos la arroba, 24 en España y 56 en otras naciones. A principios del siglo XIX ya había decaído la exportación, pero quedaban nopalerías en el partido de Tizimín y en el de Valladolid, sobre todo en el pueblo de Chemax, y aun en la hacienda de Tixcacal, cerca de Mérida. La grana que se obtenía era consumida principalmente en la industria talabartera para los tintes de las raquetas, badanas y cuero de bancos y asientos. A partir de 1847 que estalló la rebelión indígena se acabó la cría de la cochinilla.