Escultismo

Escultismo  Movimiento fundado por el inglés Robert Badentg Powell, que en 1907, con la finalidad de poner a prueba sus ideas sobre un programa de adiestramiento para jóvenes y hacer de ellos ciudadanos responsables, realizó un campamento en una isla del sur de Inglaterra, en agosto de ese mismo año. Al campamento sólo asistieron 20 muchachos, pero cuando posteriormente Baden Powell publicó sus ideas en 1908, con el título de Escultismo para muchachos, en forma de cuadernos quincenales, el interés por el movimiento fue acrecentándose. En México el movimiento Scout aparece por primera vez en el estado de Veracruz, cuando en 1912, Andrés Gómez Oreján forma la primera Tropa Scout.

En Yucatán, se puede hablar de tres etapas del escultismo, en la primera figuran como pioneros, Álvaro Domínguez Peón y Juan Gabriel Molina Font que cuando estudiaban en Inglaterra, el primero pudo conocer a Baden Powell y el segundo trajo consigo a su regreso documentación al respecto y un manual escultista, quizá el primero en llegar a Hispanoamérica. Pero tuvieron que pasar algunos años antes de que los Boys Scouts o movimientos similares surgieran en Yucatán. Se menciona a 1915 como el año en que nació el escultismo yucateco, pero hay evidencias de que en 1914 el profesor Alejandro Aguilar Rosas, maestro de cultura física en colegios y academias de Mérida, que había tenido anteriores contactos escultistas durante su estancia en los Estados Unidos de América, fundó en 1914 la primera patrulla de Boy Scouts formada por alumnos de la Escuela Normal: Santiago Herrera, Miguel Cardeña, Arturo Lara, Crescencio Aguilar, Atilio Cámara y otros, quienes efectuaron una excursión a la hacienda Tanlum. Después de una interrupción por la llegada de las fuerzas constitucionalistas del general Alvarado, éste acogió más tarde, con sumo interés, la obra del profesor Aguilar, emitiendo el Decreto número 577 del 10 de julio de 1916 que dio origen oficial al nuevo Cuerpo de Boy Scouts de Yucatán. Durante este período el escultismo llegó a cobrar gran auge, aunque sus planes fueron modificados al convertirse en un organismo semimilitarizado, recayendo en el profesor Ignacio Moreno Encalada, colaborador del maestro Aguilar, el cargo de comisario general organizador. A pesar de su sistema militarizado, los jóvenes exploradores de aquella época precursora practicaban la mayor parte de las actividades propias del genuino movimiento scout: estudiaban la naturaleza, acampaban, observaban la regla tradicional de la buena acción cotidiana, regían su conducta por un código de honor, además de que los deportes en general y el atletismo en particular revestían especial importancia en sus programas. El uniforme estaba compuesto por una camisa color kaki con pañuelo rojo para el cuello, pantalones azules cortos y flojos en las rodillas, botas o zapatos y polainas color avellana.

Al crearse, en 1917, la Dirección General de Militarización de la Juventud, para cuya jefatura vino a Mérida el mayor José Castillo Villagrán, los scouts se transformaron en una institución de carácter definitivamente militar, por lo cual sobrevino una deserción considerable que los condujo a su total extinción. La segunda etapa la protagonizó el profesor Santiago Herrera Castillo, quien asistido por el mayor José Castro Villagrán y por el profesor Max Molina Fuente, fundó en 1930 la Escuela Nueva Ariel, donde integró un primer grupo de muchachos para su entrenamiento; Santiago Herrera había sido explorador en su adolescencia y había observado la organización de los Boy Scouts of America durante su permanencia en el vecino país. Fue así que el 5 de mayo de 1931 el selecto grupo que constituía el nuevo Cuerpo de Exploradores de Yucatán rindió solemne protesta ante las autoridades civiles y militares, en pública ceremonia realizada en el Parque del Centenario; y el 13 de julio de 1932 el Congreso del Estado emitió el decreto por el que se le concedió personalidad jurídica. El núcleo básico de la Escuela Nueva Ariel que albergó una sección femenil de muchachas exploradoras, llegó a formar nuevos grupos en la colonia Vicente Solís, la calle 42 Sur y la Escuela Carlos Castro Morales, y se extendió a Progreso, Valladolid, Izamal y Motul, donde había antecedentes escultistas desde tiempos de Alvarado.

El Cuerpo de Exploradores de Yucatán de la Escuela Nueva Ariel se mantuvo hasta 1942, siempre aplicando los reglamentos del Movimiento Scout Internacional y en sus últimos años, poco antes de incorporarse a la Asociación de Scouts de México, única con reconocimiento internacional, logró atemperar la relativa imagen militarista que lo había caracterizado en sus comienzos. En la tercera etapa quedó establecido el genuino escultismo en Mérida, a través de la creación, en 1937, de la Asociación de Scouts de México, primer organismo escultista que obtuvo el reconocimiento oficial de la Oficina Internacional con Sede en Londres, Inglaterra. Víctor Suárez Molina, de la Orden de Caballeros de Colón en Mérida, fue quien obtuvo la representación y autorización del Consejo Nacional de Scouts de México para fundar el movimiento en Yucatán.

Con la aprobación de la Arquidiócesis, el Consejo Nacional confirió al profesor marista José Santana, director del Colegio Montejo y único scout con investidura que había en Mérida, el cargo de comisario de provincia, en tanto que a Suárez Molina el de comisario de distrito; junto con sus colaboradores, Víctor Durán Marín, Emilio Cámara Laviada y Miguel Civeira Taboada, integraron el primer consejo directivo de la naciente asociación con el apoyo económico del banquero Avelino Montes Linaje y del propio Suárez Molina, entre otros. Se integró con 30 muchachos el primer grupo scout, cuya dirección fue confiada a Civeira Taboada, su primer maestre-scout, con gran experiencia en organización de equipos atléticos y deportivos. El 13 de septiembre de 1937 José Santana tomó la protesta a los miembros del consejo directivo, en ceremonia privada efectuada en el antiguo local del Colegio Montejo, y el 16 de septiembre, el grupo número uno de Mérida, integrado por cuatro patrullas (osos, panteras, halcones y águilas), rindió su promesa en un festival realizado al aire libre en los terrenos de su local social del Paseo de Montejo. El 6 de marzo de 1938 nacieron simultáneamente los grupos dos y tres, a cargo de Emilio Cámara Laviada y Víctor Durán Marín, respectivamente; el 23 de octubre de 1938, en el seno del grupo tres, se integró la primera manada de «lobatos», dirigida por Ernesto Molina García, primer «akela» yucateco, y más tarde por Emilio de J. Sosa Heredia, veterano escultista; del mismo grupo tres nació, el 19 de noviembre de 1943, el primer plan de Rovers de la Península. El grupo uno, desintegrado, fue relevado en 1941 por el nuevo grupo uno del Colegio Montejo, compuesto por tropa y manada, bajo la dirección de los maestros José Santana, Vicente Victoria y Ricardo Méndez Gil; desintegrado el grupo dos, se entabló entre los grupos uno y tres amistosa competencia, en beneficio del movimiento scout. La Asociación de Scouts en Mérida recibió un gran refuerzo con la incorporación oficial del Cuerpo de Exploradores de la Escuela Nueva Ariel, nuevo grupo cuatro, el 23 de abril de 1942. Santiago Herrera Castillo, jefe de este grupo, al conferirle el cargo de subcomisario de provincia, fue determinante en el desarrollo del escultismo en Yucatán. En 1975 la entidad contaba con más de 1 200 scouts, distribuidos en 28 grupos de Mérida, tres en Progreso, uno en Conkal y otro más en Umán. En 1992 existían en Mérida 34 grupos de escultistas, seis en el interior del estado, tres en Campeche y cuatro en Quintana Roo. En la actualidad el movimiento escultista sigue creciendo y practicándose por numerosos niños y jóvenes.

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