Hidrología

Hidrología  Ciencia que estudia el agua de la tierra, su existencia, sus manifestaciones, distribución, propiedades e interrelación con el medio ambiente, incluyendo su influencia sobre los seres vivos. F. Díaz Babio en su trabajo Cartografía, coordenadas y geografía física del Estado de Yucatán dice con respecto a la hidrología de Yucatán lo siguiente: «De la cantidad de agua que llega a la superficie del terreno por efecto de la lluvia y demás meteoros acuosos, una parte corre libremente por la superficie del suelo, dando lugar al principio de la erosión terrestre; otra se evapora volviendo a la atmósfera, directamente o después de haber alimentado por saturación a la vegetación, y la restante se infiltra a través de las arenas, las gravas, las tierras o las hendiduras de las rocas compactas, volviendo algunas veces a aparecer formando los manantiales naturales, o desapareciendo en el interior de la tierra para volver a salir por el fondo de los mares, obedeciendo en su movimiento y equilibrio a las leyes generales de la hidráulica, tal y como pasa en el colchón hidroscópico de las losas, placa y contraplaca, del estado de Yucatán. La cantidad de agua meteórica que pasa a las corrientes subterráneas depende de sus condiciones geológicas, de la pendiente; de la cubierta de la superficie y del régimen de las lluvias. Fijando como uno de los límites extremos de la escala un terreno lleno de caliza cavernosa, sus sumideros se tragan toda la corriente superficial, según acontece en la planicie yucateca». En Yucatán “el suelo arcilloso de la contraplaca o losa impermeable, varía continuamente de profundidad, volviéndose plano u ondulado según lo atestiguan las diversas profundidades a las que hay que bajar en los cenotes”. Existen una serie de ríos subterráneos y grandes depósitos lacustres que forman «un sistema hidrográfico completo en comunicación con el fondo del mar, a donde desaguan directamente o indirectamente por las albuferas o esteros. Es así como se forman las fuentes de agua dulce que brotan en el ambiente salobre de los mares, como las Bocas de Conil, cerca de la desembocadura del llamado río Lagartos; las Bocas de Sisal en las proximidades del poblado de este nombre y las de Dzilam a la desembocadura de ese estero.

«Las nivelaciones practicadas y otros medios de observación directa, nos han indicado, sin lugar a duda, que el suelo exterior de Yucatán es ondulado; de tal suerte que las crestas sucesivas que lo forman, van decreciendo progresivamente hasta perderse en el océano. Esta característica del terreno, presupone un principio hidroscópico para el alumbramiento por pozos de las aguas subterráneas, eligiendo las sinuosidades de la ondulación y localizando los puntos más plausibles para alcanzar el nivel acuífero; es por eso que las poblaciones se han formado en las contra crestas, bien alrededor de los cenotes, o bien como en Mérida, perforando pozos artificiales a una cota de profundidad mínima probable. Tal es el sistema topohidrológico del estado de Yucatán, sometido, como el de toda la corteza terrestre, a las leyes inmutables del enfriamiento continuo. El trabajo de la erosión aquí resulta subterráneo y no por eso menos efectivo, como agente de transporte en la transformación de las masas sólidas en drenaje, para establecer la continuidad de las pendientes. Acepilla, disgrega, derrumba, taladra y nivela, hasta no dejar obstáculo que se oponga a este principio universal. ‘No hay gota de agua que caiga al suelo, que no vaya a dar al mar’. Va al mar por lejano que esté de sus orillas el punto que se considere y por débil que sea la pendiente del remanso». En la Península de Yucatán, debido a sus características geológicas, edafológicas y topográficas, el comportamiento de las aguas obedece a patrones totalmente diferentes a los que se presentan en cualquier otra región de nuestro país; aquí toda el agua de la lluvia, que es mucha, se infiltra rápidamente recargando un acuífero de reposo sobre un manto salino subyacente y regula su volumen descargando al mar o en puntos cercanos a la costa los excedentes de agua dulce, además de estar contenido en un medio agrietado y abundante en conductos formados por la disolución de las rocas calcáreas.