Habanero

Habanero  La historia del licor llamado habanero es interesante. Durante la época colonial un rico hacendado de Tabasco envió a un pariente suyo, radicado en La Habana, un torete y una vaquita seleccionados en su finca, pidiéndole como única recompensa que le remitiese dos botijas de caña para comparar con la que él destilaba, en su heredad, ya que algunos cubanos que habían llegado a Tabasco ponderaban en grado sumo la caña de la isla. Los barcos veleros que en aquellos tiempos navegaban de La Habana al puerto de Frontera, entrada al estado de Tabasco, tardaban en su travesía mucho tiempo. Y al retornar la nave en que el hacendado tabasqueño mandó las dos piezas de ganado, recibió, en vez de las dos botijas, dos barriles con caña. En la misiva que le escribió su pariente le aseguraba enviarle la mejor caña que había destilado, envasada en dos barricas que anteriormente contuvieron vino jerez de España, del cual envió dos frascos. El hacendado tabasqueño, al trasegar las barricas, pudo darse cuenta de que aquella caña en vez del color cristalino habitual presentaba un color ambarino: su aroma había cambiado y su sabor era de lo más exquisito. Invitó a varios amigos suyos a tomar una copita de aquel licor y, desde entonces, fue bautizado con el nombre de caña de La Habana, que más tarde se generalizó como licor habanero. Al agotársele el envío, el hacendado volvió a llenar las barricas con caña de su destilería, pero como los envases habían dejado en el licor anterior todo el color y aroma del vino jerez, el habanero así preparado por el tabasqueño no resultó tan sabroso como el llegado de La Habana. Para suplir esta deficiencia se le ocurrió echar cierta cantidad de vino jerez que también había recibido y obtuvo el licor deseado. Pronto el habanero fue muy solicitado no solamente en Tabasco, sino también en Campeche, llegando su fama a Yucatán, donde se convirtió en la bebida predilecta de los bebedores de buen gusto y de la gente bien. Durante el estado seco instaurado por el general Salvador Alvarado, el famoso habanero, tal como era antes, fue completamente adulterado por los contrabandistas, quienes preparaban una especie de compuesto a base de alcohol, dándole color con frutos secos machacados del árbol que conocemos con el nombre de pixoy. De aquí partió la denominación que desde entonces se le dio a los contrabandistas de aguardiente, designados como pixoyeros.