Hanal Pixán Nombre que en maya significa: comida de almas. Por extensión se denomina así, a un período de tiempo durante el cual se celebran diversas ceremonias dedicadas a las almas y a la memoria de los difuntos, que actualmente son una mezcla de elementos mayas y cristianos, que varía si es zona rural o urbana y según el nivel social y económico de la familia. En Yucatán, el lapso comprende cuatro fechas: 31 de octubre, día dedicado a las almas de los niños; 1 de noviembre, de los adultos; 2 de noviembre a las de todos los santos, y el 8 o 9 de noviembre, que es el ochavario, bix o despedida, pues las almas se retiran de la tierra (Véase: Día de Muertos). El ritual se efectúa en las casas y en el cementerio. Para el acto casero, los principales elementos son la mesa, las ofrendas y los símbolos accesorios. Según la tradición maya, la mesa representaba la tierra; se hacía con ramas de árboles (koloché) sostenidas por cuatro horquetas (las esquinas de la tierra) y amarradas con lianas (kibix); se colocaba en el lado oriente de la habitación. Sobre la mesa, un tronco verde con dos ramas laterales opuestas representaba el árbol primige nio (yaxché); en el suelo se ponía un madero plano y sobre éste se colocaban recipientes de barro con aceite o cera de abejas y pabilo, uno para cada difunto que se recordaba, que ardían durante todo el tiempo. Esto se modificó luego y se usó cualquier mesa, colocada en cualquier sitio, con una cruz en lugar del árbol y se usaron velas y veladoras como luminarias. Las ofrendas alimenticias y los accesorios varían según la celebración. En el día dedicado a los niños, el mantel de la mesa debe tener bordados de colores; las velas también deben ser de colores; en la cruz se cuelgan collares de semillas; se colocan juguetitos de barro, algún objeto personal del niño, una muñeca si fue niña, flores amarillas (xkanlol, xpujuc), ramos de ruda y albahaca y ahora se agregan fotografías. Las ofrendas alimenticias varían según los momentos del día. En la mañana se ofrendan jicaritas con chocolate batido con agua: tres para las niñas y cuatro para los niños, así como pan dulce y pan delgado (is-uaj); se reza un rosario (maatan) acompañado del ruido de sonajas y se menciona su nombre. Al mediodía se ofrendan frutas, dulces y comidas sencillas, sin chile, servidas en cajetes de barro rojo o platitos; se reza otro rosario. En la noche se ofrenda atole y el jefe de la familia pronuncia una oración.
En el día dedicado a las almas de los adultos, el mantel debe ser blanco con algún bordado en negro; las velas deben ser negras o café oscuro; la cruz se viste con un paño blanco; se colocan flores como xtes y amor seco, de color morado; fotografías de los difuntos; una jícara con balché y un manojo de hojas de Tabasco. Las ofrendas de alimentos incluyen elote pibinal, tamales, relleno negro, tortillas, yuca o macal, miel, frijol colado y alguna otra comida que le gustara al difunto. Pero lo principal, el verdadero alimento ritual, es el mucbil-pollo, que sólo se elabora en esos días. Su nombre proviene de muk, que designa al horno subterráneo; pib, que es el nombre de la técnica culinaria que llamamos hornear, por lo que la palabra debería ser mukpib. Evidentemente los mayas prehispánicos no utilizaron pollos ni gallinas, que aún no existían en América, sino pavos. Este guiso puede definirse como tamal horneado de tamaño grande. Debe señalarse que el rito incluye que en otro sitio de la misma habitación se encienda una vela y se deposite una pequeña porción de alimento, destinado para las almas solas. El día 2 de noviembre, que es el que la Iglesia reconoce oficialmente como de los fieles difuntos, se ha convertido popularmente en el día de todos los santos.
En las mesas de ofrendas de las casas se colocan guisos como chilmole, relleno negro, gallina o pavo en escabeche y algo de fruta. Lo que destaca de ese día es la visita a los cementerios para llevar ofrendas de flores y algunos alimentos, aprovechando arreglar las tumbas. Si se celebra el bix u ochavario, el 8 o 9 de noviembre, entonces en las casas se instala la mesa con todo lo mencionado y se ofrenda chachak-uaj, que es tamal horneado, y también mucbil-pollos. Con el tiempo se han introducido algunos elementos extraños en las ofrendas, como las cajetillas de cigarros, las botellas de cerveza o licor, el guiso llamado mole, las calaveras de azúcar y el pan de muertos; asimismo, en ciertos estratos sociales urbanos, el fervor ritual se reduce al paseo del cementerio o comer el mucbil-pollo, o peor aún, a sustituir la tradición autóctona por una festividad extranjera sin ninguna relación con los motivos de esos días.