El Cuyo Puerto situado en la costa septentrional de Yucatán, perteneciente al municipio de Tizimín. Destaca su faro construido sobre los restos de un montículo prehispánico. El Cuyo, nombre que adquirió por la loma en la que está construido el faro, ya que la palabra «cuyo» es utilizada en Yucatán como sinónimo de cerro, fue un lugar que pertenecía a la provincia maya Chouac-Ha. Para 1600, El Cuyo reportaba una producción de sal de entre 50 y 60,000 fanegas al año. Al iniciarse el siglo pasado, en 1801, tierra adentro al sur de El Cuyo, sólo se citan dos lugares: Sim-Sim-Bahtok, la hoy Colonia Yucatán y Misné Balam, ambos ranchos agrícolas y ganaderos y el pueblo más cercano era Dzonhot Aké, hasta hoy existente; al no citarse Chouac-Ha, es seguro que seguía deshabitado desde el traslado de Valladolid a Zací.
El marino español Miguel Molas en su Derrotero de las costas de Yucatán (1817), obra publicada por primera vez en el Registro Yucateco, describe a El Cuyo de la siguiente manera: «Este Cuyo es una fortaleza antigua, artificial, de piedra labrada y terraplenada, formando una figura como la de un pan de azúcar que se divisa mar afuera a distancia de 15 millas. Tiene una famosa situación, y desde la cumbre una agradable vista que domina al mar y campo. Puede montar hasta 20 cañones de 24, llegando a ser una fortaleza muy interesante en aquel punto abandonado de la costa, para el refugio de embarcaciones perseguidas en tiempo de guerra. Su fondeadero es Noroeste con Sureste del propio Cuyo, arena blanca, limpia y la distancia de tiro de cañón de la playa tiene tres y media brazas de agua y a tiro de fusil, dos brazas. Esta es la situación de El Cuyo, fortaleza antigua abandonada enseguida, en el año de 1810, poblada por mí, Miguel Molas, natural de Barcelona en el principado de Cataluña con veinte y dos años de provincia en Yucatán. Casado con ella, con mucha práctica y conocimientos de toda la Península, tanto en el interior como en todas sus costas, islas, puertos, bajos, alfaques y arrecifes. De un mediano ingenio, de honrada conducta, amante y fiel al rey y a la nación como verdadero español.» Este interesante personaje, quien fue pariente de Sebastián Molas, realizó, además de la obra citada anteriormente, una serie de descripciones interesantes sobre el litoral de la Península de Yucatán. En los años 30 El Cuyo se reportaba como una comisaría de Tizimín con la categoría de hacienda, con 296 habitantes, y era considerado como una zona donde se producían chicle, maderas preciosas, maíz, azúcar y palo de tinte, además de dedicarse a la pesca y la producción de sal. En la actualidad El Cuyo, que se encuentra a 81 km de la ciudad de Tizimín, es un puerto que cuenta con energía eléctrica y agua potable, lo cual lo hace atractivo para el turismo; en 1990 contaba con 802 habitantes.