Escobedo, Arcadio

Escobedo, Arcadio  Hacendado y gobernador interino de Yucatán en 1913. Desde su juventud se dedicó a la industria henequenera. Fue partidario de Bernardo Reyes en las postrimerías de la dictadura porfirista. Apoyó la rebelión encabezada por Félix Díaz contra el gobierno de Francisco I. Madero y en febrero de 1913, al producirse la traición y usurpación huertista y el asesinato de Madero y Pino Suárez, los partidarios del antiguo régimen, lo designaron gobernador interino en sustitución de Nicolás Cámara Vales. Tomó posesión del cargo el 26 de febrero del año ya mencionado. Durante su gestión mostró desprecio por los maderistas, aunque permitió que éstos conservaran sus puestos en el gobierno. Llevó una política acorde al movimiento porfirista. Rivalizó con Avelino Montes, a tal grado que para impedir que la firma comercial de éste ejerciera una influencia absoluta en el negocio henequenero, Escobedo, atentando contra sus propios intereses de hacendado, reactivó las funciones de la Comisión Reguladora del Mercado de Henequén. Para ello expidió el decreto número 86, fechado el 3 de mayo de 1913.

Ese mismo año ya había ordenado al XXIV Congreso local la expedición de una ley, publicada el 30 de abril, relativa a una tercera contribución de dos centavos por kilogramo de henequén con el fin de defender el precio de la fibra contra los especuladores estadounidenses. Dicho impuesto sería entregado quincenalmente a la Tesorería General del Estado a través de la Comisión Reguladora que adquiriría la fibra de cualquier hacendado. Todos los productores estaban obligados a pagar tal impuesto. Declaró de interés público todas las operaciones llevadas a cabo por la Reguladora. En junio fue llamado por el presidente usurpador Huerta para rendir informes sobre sus actividades en la Reguladora. El Congreso Local le otorgó licencia y nombró gobernador interino a Felipe G. Solís, el 30 de ese mes. Antes que Escobedo llegara a la Ciudad de México, la Secretaría de Gobernación había aceptado la renuncia de Solís y nombró como nuevo gobernador interino a Eugenio Rascón. Escobedo permaneció dos meses en la Ciudad de México sin ser recibido por Huerta, a quien envió un telegrama donde le manifestaba su decisión de regresar al estado. El ministro de Gobernación Aureliano Urrutia le indicó a Escobedo que antes de llegar a Yucatán debería renunciar a su cargo. El 30 de octubre de 1916, cuando se desempeñaba como presidente del Comité de Inmigración de Yucatán, en la administración alvaradista, emitió un manifiesto donde exigió que los hacendados proporcionaran fincas a los braceros y les pagaran indemnizaciones por accidentes de trabajo.

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