Jipi 

Jipi  Su nombre botánico es Carludovica palmata y pertenece a la familia de las ciclantáceas. Planta introducida de la América del Sur de donde es originaria, particularmente del Ecuador. Pasó primero a Guatemala y de allí a México. Alcanza entre 1 o 2 m de altura y consta de un rizoma del que salen las hojas; poseen un pecíolo larguísimo hasta de 2.5 m. El limbo tiene forma de abanico, de color blanco amarillento cuando está tierno y verde en estado adulto. Las flores aparecen en marzo; son unisexuales y se presentan en grupos apretados. En cada porción del grupo se observa una flor femenina rodeada de cuatro masculinas. El fruto es una baya tetrágona obpiramidal, con numerosos lóbulos. Se reproduce por hijuelos que brotan del rizoma en las plantas adultas y también por semillas, que germinan fácilmente si han pasado por el tubo digestivo de los pájaros. Las partes utilizables son los limbos de las hojas, que se usan para fabricar los sombreros de Jipijapa. Los sombrereros cortan las hojas tiernas y las dividen en tiras delgadas que sumergen en agua caliente durante varios minutos; después, las pasan a un recipiente que contiene agua acidulada con jugo de limón, lavándolas luego en agua pura y poniéndolas a secar. Así, quedan las tiras blancas listas para el tejido finísimo que caracteriza a estos sombreros. La planta de jipi, como es conocida popularmente, fue introducida de Guatemala a la Península de Yucatán a fines del siglo XIX por Sixto García. Éste cultivó el jipi en su hacienda Santa Cruz y como procuró que no saliesen de ella semillas o vástagos, monopolizó por mucho tiempo la producción local. En la actualidad, el jipi se cultiva y explota principalmente en Bécal, Campeche, donde los sombreros se tejen en cuevas, pues la humedad que prevalece en su interior, facilita el manejo de la fibra.