Jesuitas

Jesuitas  Los padres jesuitas o regulares de la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola con aprobación del Papa Paulo III en 1534, llegaron a Mérida en 1605. Invitados por el Cabildo de Mérida y prominentes vecinos, para fundar un colegio de segunda enseñanza, fueron sus precursores Pedro Díaz y Pedro Calderón, quienes no pudieron cristalizar el proyecto por falta de recursos económicos y regresaron a la Ciudad de México en 1607. La necesidad de una prestigiada institución educativa prevaleció, y los jesuitas regresaron a Yucatán en 1618 para fundar el Colegio de San Pedro, el primero de alta enseñanza en toda la Península, el cual se convirtió en Universidad el 23 de noviembre de 1624, con autorización real y pontificia. Pero la Compañía de Jesús fue expulsada de los dominios españoles por decreto de Carlos III, aconsejado por el conde de Aranda. La orden se cumplió en el Reino de España la noche del 31 de marzo de 1767, mientras que en Yucatán se ejecutó hasta la noche del 6 al 7 de junio del mismo año. Los jesuitas fueron conducidos al puerto de Campeche donde fueron embarcados hacia Italia. La revista yucateca, El Repertorio Pintoresco, registró a 12 jesuitas expulsados, pero el Catálogo general de los jesuitas expulsos, publicado por el padre Dávila en su Continuación de la historia de la Compañía de Jesús en Nueva España por el padre Alegre, consigna los nombres de 10 religiosos. Del Colegio de Mérida fueron expulsados su rector, Pedro Rotea, quien se desempeñaba igualmente en la Universidad Pontificia de Mérida y también como prefecto de Salud; Francisco Javier Gómez, consultor de casa, misiones y confesor de los N.N.; José Palomo, admonitor, maestro de teología moral y confesor de los N.N.; José Domínguez, maestro de cánones y confesor de los N.N.; Miguel Carranza, maestro de mínimos, menores y medianos y el hermano Tomás Martínez, maestro de escuela. Del Seminario de Mérida salieron Pedro Iturriaga, rector y maestro de teología escolástica y Antonio Poveda, maestro de aposentos mayores y retórica. De la residencia de Campeche partieron Agustín Palomino, superior y prefecto de catequismo y Trejomil, maestro de gramática. El gobernador Cristóbal de Zayas, cumpliendo las órdenes reales, confiscó todos los bienes de los jesuitas y mandó clausurar sus escuelas, que en Mérida eran el Colegio de San Javier, también Universidad Pontificia, y el Colegio o Seminario de San Pedro, y en Campeche el Colegio de San José. Entre los expulsados de la Nueva España, se encontraban dos padres nativos de Valladolid, Yucatán: Anguas de Alcocer y el sacerdote Brito. Casi medio siglo después, en 1816, la Compañía de Jesús se volvió a restablecer en México, y a Mérida retornó hasta diciembre de 1903.