Jiménez de Rivera, Juan Alcalde ordinario de Mérida en 1652. A la muerte del conde de Peñalva, asumió el gobierno interinamente junto con Fernando de Aguilar y Galeano, desde agosto hasta el 19 de noviembre. Su primer acto fue escribir una carta al virrey para exponerle el abatimiento y postración en que se hallaba la población en la Península de Yucatán debido a las sucesivas epidemias de peste y hambre y a la mala administración del conde de Peñalva. Ambos alcaldes solicitaron que se nombrara como gobernador interino a una persona que por su capacidad y honradez pudiera remediar la difícil situación de la provincia. En respuesta, fue nombrado Martín de Robles y Villafaña, quien asumió el cargo el 19 de noviembre de ese año.