Jabalí

Jabalí  Familia Tayassuidae. En lengua maya se le conoce como kitam. Existen dos especies que habitan el Continente Americano el Tayassu tajacu (hay dos subespecies: el Tayassu tajacu nelsoni y el Tayassu tajacu yucatanensis, los cuales difieren sólo en detalles de medidas y coloración) y el Tayassu albirostris. El primero también es conocido como pecarí de collar o collarejo. Tiene cuerpo robusto y una cola diminuta, patas cortas y delgadas, cuello corto y cabeza rematada en trompa. El pelaje, de cerdas cortas y ásperas, es de color gris y en su mayoría con una franja blanca que se extiende de los hombros hasta el pecho, como un collar. En el lomo, cerca de la cola, posee una glándula odorífera, cuyas secreciones sirven a los miembros de cada manada para reconocerse entre sí y también para delimitar el territorio colectivo con marcas en árboles, piedras y otros sitios. Mide 50 cm a la cruz y 85 incluyendo la cabeza. Rara vez se encuentran ejemplares albinos. Las crías nacen de color rojizo con una raya negra a lo largo de todo el lomo.

El jabalí, o cochino de monte, se encuentra en todo México, menos en la Península de Baja California y la parte más árida del desierto chihuahuense. Se distribuye en una extensa área que va desde el suroeste de los Estados Unidos de América hasta Argentina y habita en una gran diversidad de medios ambientes, aunque sus poblaciones son más nutridas en las zonas tropicales debido a la abundancia de alimento.

Es un animal omnívoro y come una gran diversidad de hierbas, hojas, frutos, raíces, bulbos y tallos, así como insectos, huevos, aves, pequeños vertebrados, incluso serpientes venenosas, aves y aun carroña. Es gregario y forma manadas que por lo común constan de 10 a 20 ejemplares; pero pueden llegar a ser un poco mayores o menores, según la abundancia o escasez de alimento en la zona. Las manadas al parecer ocupan territorios más o menos fijos entre 60 y 400 ha y no realizan migraciones fuera de ellos. Ha sido tradicionalmente uno de los animales de caza más importantes en México, tanto para aprovechar su excelente carne, como para comercializar su cuero, que se utiliza sobre todo en la manufactura de guantes. A la carne, generalmente le queda un tufillo almizclado producido por la glándula de la grupa. El olor es menos pronunciado en los jóvenes y en las hembras, por ello se considera su carne de mejor calidad; los machos adultos en cambio, despiden un olor tan fuerte que incluso en el guiso es difícil disimular. Para evitar el mal olor de la carne es conveniente quitar la glándula y los órganos genitales externos del animal recién muerto, mientras más pronto mejor, y no utilizar el mismo cuchillo al cortar la carne que el usado para quitar la piel. Su caza comercial ya está prohibida, pero en muchos lugares disminuyó la población de jabalí. Sin embargo, ha resistido la cacería y aún es relativamente abundante, incluso en lugares donde ha habido fuerte desforestación ya que a falta de selvas o bosques se refugia en zonas de matorral denso. Suele darse baños en las charcas, acudiendo a estos sitios todos los días calurosos, aunque para ello tenga que recorrer grandes distancias. Tras revolcarse un rato en el agua lodosa, sale y se rasca contra los troncos cercanos. Es de carácter valiente y acosado, sabe defenderse muy bien de cerca, desgarra a los perros más atrevidos y suele acometer al cazador imprudente. La hembra da a luz a dos crías que casi siempre son macho y hembra. No tiene más crías porque sólo tiene dos mamas, diferenciándose por esto, de las especies que viven en otras partes del mundo. Tiene dos partos al año: en enero o febrero y otro en septiembre u octubre. La especie Tayassu albirostris, también llamado pecarí de labios blancos, senso o tamborcillo, mide a la cruz más de 50 cm y con la cabeza llega a casi 1 m. El pelaje es bastante largo en el cuerpo y tiene tonalidad pardusca muy oscura, con matices color canela que destacan por ambos lados de la cabeza y una mancha blanquecina extendida en ambos labios, rodeándole la boca y cubriéndole incluso la quijada. Habita en el sur de Veracruz y Oaxaca hasta el norte de Argentina. Se reúne en grandes manadas de varios cientos de ejemplares, de costumbres completamente nómadas y para subsistir necesita grandes selvas vírgenes. Generalmente llevan la delantera los jóvenes de mediana edad, le siguen las hembras y crías y después machos y hembras más grandes y por último los ejemplares viejos. También es un animal omnívoro. El senso produce gran cantidad de carne blanca, bastante parecida a la del cerdo y si bien tiene un olor mucho más intenso que el jabalí collarejo, su carne por el contrario no lo despide. El senso también ostenta la glándula de la grupa, más grande que la del jabalí, expeliendo un líquido lechoso y aceitoso cuando se frotan entre sí. También gustan de tomar baños de lodo y sus bañaderos se distinguen de los utilizados por los jabalíes collarejos, pues siempre tienen una entrada y una salida bien marcadas. Esto se debe a que los numerosos animales llegan al lugar en fila y el baño lo toman por riguroso turno y al salir del lodo se rascan en el mismo árbol, lo que forma en este árbol una gruesa capa de lodo. El senso es un animal muy peligroso, una vez enfurecido se torna histérico. Después del hombre, el jaguar es el enemigo más importante del pecarí de labios blancos. No tiene época determinada para la reproducción. Es un animal adaptado para vivir únicamente en el interior de las selvas, por lo que si salen al descampado de una tala o una ranchería, quedan desorientados, inválidos y sin saber qué hacer. Cuando esto sucede, los campesinos efectúan grandes matanzas, porque andan en manadas formadas desde un centenar hasta 500 ejemplares