Voz de los Cerros (La) (1943-1980) Publicación editada en Izamal, Yucatán. En un inicio, fue el órgano periodístico mensual de la Unión Pro-Mejoramiento de Izamal. Su lema fue «por un Izamal mejor». Su primer director fue Arturo Monforte Cordero y su administrador Álvaro Burgos Arjona. Su formato fue de ocho páginas de 28 x 30 cm. Con el núm. 14 inició su segunda época, con un formato de revista de 20 páginas de 21 x 27 cm. Algunos de sus colaboradores fueron Andrés López Monforte, Rubén Arcila Torre, José Hernández, Francisco Calero Rivas, Humberto Pérez Concha, Geo J. Gaumer, Bernardo Calero Garma, Tiburcio Mena, Antonio Bustillos Carrillo, Conrado Roche Canto y Ricardo Mimenza Castillo. Sus oficinas se encontraban ubicadas en la calle 31 núm. 257 de la ciudad de Izamal. En 1945 se suspendió su publicación.
En 1946 apareció La Voz de los Cerros en su tercera época, ahora, como «Revista Mensual de Información Social, Deportiva y Asuntos de Interés General». Su formato fue de 16 páginas de 19 x 27 cm. Su director y editor responsable fue Álvaro Burgos Arjona. A través de 170 números, y una edición especial en 1966, informó, mes con mes, durante 15 años. Algunos de los tópicos abordados en la publicación fueron leyendas, deportes, notas sociales, ensayos históricos, científicos o de crítica, poemas y remembranzas. Fue miembro de la Sociedad de Periodistas y Escritores Mexicanos, Sección 28 Yucatán. Se editó en la Imprenta 29 de Junio y en la José Ortega P., ambas ubicadas en Mérida. Su último número, correspondiente a diciembre de 1979, apareció en marzo de 1980. En esta época colaboraron Armando Bolio Garma, Mario Trejo Alcocer, Conrado Roche Canto, Miguel Civeira Taboada, Gabriel A. Menéndez Reyes, Miguel A. Menéndez Reyes, Ricardo López Méndez, Élmer Llanes Marín, Edmundo Bolio Ontiveros, Rubén Sánchez López, Fidel Durán Solís, Augusto Amaro Coello, Amado Rosado López, Víctor Rosado Aranda, Lázaro Pérez, Nidia Góngora López, Gualberto Martín Delgado, Ramiro y Manuel Briceño López, Alonso Muñoz. Las portadas estuvieron a cargo de Manuel López Cordero y las fotografías fueron de José Dolores Zumbardo Argáez.