Juan Duch Colell

Coordinador General Fundador

El día 9 de agosto de 1988 se hizo público anuncio del propósito de iniciar la preparación de una enciclopedia —alfábetica e ilustrada— en la que tuvieran registro el acontecer pretérito y la realidad actual de Yucatán.

El nombre —Enciclopedia alfabética Yucatán en el Tiempo— que se le daría a la obra en razón de sus características aspiraba, sencillamente, a expresar y resumir lo que en sí misma trata de resumir y expresar la Enciclopedia, al servicio de nuestro afán de reencontrar, y ordenar en sus páginas, las huellas identificadoras —existencia y camino— de esta tierra y de este pueblo en alas de los siglos y de cara al futuro. Dijo a propósito el poeta Campos Munguía, con tanta emoción como acierto, y lo incorporo a estas líneas prologales que de algún modo recogen la voz de cuantos nos congregamos en torno del sueño ya ahora en fructificación:

“Tenemos la voluntad de rescatar la memoria de los que nos han precedido y de reconocer el valor auténtico de todo lo que signifique algo para nuestra tierra y para los hombres que la habitamos hoy y para los que la habitarán mañana. Yucatán en el Tiempo pretende ser un acta de las generaciones. Privará en ella el interés por lo que en Yucatán se ha hecho y por lo que tiene validez permanente. Afirmará los valores de nuestra identidad, desde lo trascendente y vital hasta lo más sencillo y humilde…”

Y cabe agregar: en futuras ediciones —por éste o por otros medios de reproducción— podrá realizarse una concienzuda faena de revisión y verificación para llenar vacíos; subsanar omisiones; corregir errores, defectos y excesos; ampliar y poner al día su oferta informativa y lograr, en fin, que la Enciclopedia no sea una obra cerrada y estática, sino dinámica, de acción continua y continuada, como son las sociedades: en perpetua transformación, en tránsito constante.

No sólo no se ha olvidado, ni subestimado, la herencia que en este campo nos entrega tan pródigamente Yucatán, sino que esta obra cuenta, entre sus obligaciones indeclinables, la de ofrendar ferviente homenaje a todos los esfuerzos precedentes. Enarbolamos como estandarte del nuestro la guiadora convicción de que nada nace de la nada. En las labranzas culturales operan la ley de las sumas y las multiplicaciones y el mecanismo de los anudamientos y los reanudamientos históricos, que siempre superan —hacia adelante— el paréntesis de las rupturas temporales, también en definitiva edificadoras.

Poca estima mereceríamos los yucatecos de hoy si no supiéramos ser leales a la memoria y a las lecciones de quienes nos antecedieron. Yucatán, por fortuna, está libre de ingratitudes tales. Amamos nuestra historia, sustento vital que fluye por las eternas arterias del tiempo. Y si el legado espiritual que de ella hemos recibido nos honra y enaltece, también nos obliga a procurar su conservación y acrecentamiento. A eso apunta nuestra aspiración. Pero no sería concebible una obra como ésta —suma de imprescindibles aportes colectivos— si no contáramos con el caudaloso apoyo bibliográfico y hemerográfico disponible y que hace llegar a nuestras manos opimas recolecciones de trabajo ajeno y anterior. Yucatán en el Tiempo nace, por ello, con la certidumbre de ser heredera de los mejores y más generosos esfuerzos que a lo largo de los años han dado representación a nuestra imagen propia y a nuestro propio ser.

Yucatán, es bien sabido, posee una tradición cultural arraigada en el fondo de los siglos —desde los remotos días del esplendor de la civilización maya— y cuya frondosidad se amalgama entrañablemente, creadoramente, con los ingredientes materiales y espirituales  de la  fusión posterior al contacto  con  la cultura hispánica —la otra de nuestras raíces—, y así se perfilan y consolidan después, por los anfractuosos caminos del siglo XIX y de los primeros decenios del presente, los valores que dan su sello a nuestra contemporaneidad; tradición de sobresaliente robustez —y muy rica en signo peculiares—, que nos otorga sitio y voz en el concierto de las realidades culturales que conforman prodigiosamente el todo de la amosaicada cultura nacional de México.