Quintana Roo, Andrés Eligio

Quintana Roo, Andrés Eligio  (1787-1851) Militar y político. Nació el 30 de noviembre en Mérida, Yucatán. Sus padres fueron José Matías Quintana y María Ana de Roo y Rodríguez de la Gala, nacida en Campeche; el primero se dedicó al comercio y estableció el almacén Quintana Padre e Hijo, el cual llegó a ser próspero. De ocho hijos sobrevivieron sólo cinco: María Guadalupe, Andrés Eligio, Tomás Domingo, María Tomasa y María Manuela. Su padre y su hermano Tomás Domingo participaron en la política local, siendo afines a los sanjuanistas, el primero por defender la Constitución de Cádiz fue preso en San Juan de Ulúa y, el segundo, tras la Independencia, fue diputado al Congreso estatal. Andrés Quintana Roo cursó sus primeros estudios en el Seminario Conciliar de San Ildefonso, alumno de máximas calificaciones, discípulo de Pablo Moreno Triay, condiscípulo de Lorenzo de Zavala, Manuel Jiménez Solís, Mariano Cicero y Pantaleón Cantón, todos ellos participantes en la política local con los liberales. En 1805, inició sus estudios de teología y cánones que terminó en 1808, año en que se trasladó a la capital del país a estudiar leyes, en la Real y Pontificia Universidad. Posteriormente se incorporó al despacho del doctor Fernández de San Salvador para cubrir los dos años reglamentarios de práctica. Conoció a Leona Vicario y pidió su mano al tío y tutor Agustín Pomposo, el cual no estuvo de acuerdo con esa relación. Quintana Roo simpatizó con el movimiento insurgente, y se incorpora a éste en 1812 a las órdenes de Ignacio López Rayón, quien se encontraba en Tlalpujahua, Michoacán. Más apto con la pluma que con las armas, inició en el cuartel la publicación de El Ilustrador Americano, y más tarde el Semanario Patriótico Americano, espacios escritos del pensamiento liberal insurgente, los cuales circulaban por los cuarteles de la rebelión. El 13 de septiembre de 1813, presidió el Congreso de Chilpancingo y plasmó su firma en el acta que por primera vez declaró la independencia del país con respecto de España. Poco después llegó a tener la representación de Yucatán en el Congreso. Los golpes y derrotas de los insurgentes obligaron a Quintana Roo y Leona Vicario, ya esposos, a mantenerse en constante huida. Manuel de la Concha, jefe realista, en 1815 les ofreció el indulto, el cual rechazaron; después, Quintana Roo aceptó un segundo indulto y el rey expidió un salvoconducto el 27 de octubre de 1815 para éste y su familia. Pero Leona Vicario lo convenció de no aceptarlo y se escondieron en Achipixtla, donde nace su hija Genoveva el 3 de enero de 1817. Escondidos en 1818, en la sierra de Tlatlaya de la jurisdicción de Sultepec, se acercaron fuerzas realistas, en las que se encontraban dos hermanos de Leona Vicario, y antes de que los descubrieran, Quintana Roo, temeroso, solicitó el indulto el 12 de marzo, se lo dejó a su esposa, y huyó. Ante la noticia de que la Vicario había sido maltratada, escribió una carta al gobierno virreinal en la cual renegó de haber servido a la causa insurgente y se dispuso a servir al gobierno del rey. Fueron indultados con la condición de salir a España en calidad de desterrados. No conformes con la disposición, solicitaron se modificara y les fueran devueltos los bienes de Leona Vicario, los cuales según la respuesta ya habían sido confiscados y distribuidos. Ante la difícil situación que vivían en Toluca, el tutor de la Vicario, Agustín Pomposo, decidió ayudarles y se trasladaron a la Ciudad de México, lo cual aprovechó Quintana Roo para terminar sus estudios, incorporándose el 22 de agosto de 1820 al Ilustre y Real Colegio de Abogados. Se declaró afín al sistema monárquico constitucional, y cuando Iturbide fue proclamado emperador se convirtió en figura activa en favor del régimen, primero cuando se fundó a instancias de Iturbide la Sociedad Económica Mexicana de Amigos del País, el 22 de febrero de 1822, de la que fue elegido socio fundador supernumerario; posteriormente se creó la Subsecretaría de Relaciones Exteriores y recibió el nombramiento de subsecretario directamente de Iturbide. Pero el imperio de Iturbide se tambaleó ante la rebelión de Santa Anna en Veracruz, y anuncia su caída con el Plan de Casa Mata, el 1 de febrero de 1823. Ante la rebelión de Santa Anna, Iturbide designó la Junta Nacional Instituyente que pretendió reglamentar las funciones del Congreso; Quintana Roo, quien también formó parte de la Junta, manifestó públicamente los peligros de querer fijar restricciones al Congreso, por lo que fue destituido y mandado procesar; hecho que no se pudo realizar, pues Iturbide abdicó el 19 de marzo de 1823. Se instaló el nuevo gobierno con Guadalupe Victoria a la cabeza, al cual Quintana Roo se incorporó como magistrado de la Suprema Corte de Justicia. Posteriormente fue elegido como diputado por el Estado de México, y en enero de 1827 se incorporó al Congreso. Fue designado junto con José María Tornel y José Manuel de Herrera para la Comisión de Relaciones Exteriores, ante la presión del representante de Estados Unidos, Joel Robert Poinsett, quien quería lograr la anexión a Estados Unidos de los territorios del norte de México que solicitaron a España en 1819, y los cuales fueron incorporados en 1845 por medio de la fuerza; la comisión dictaminó que no se debía continuar la discusión hasta que se incluyese una plena admisión de los límites que estaban fijados. Su actuación le valió que con permiso de la Cámara de Representantes fuera llamado para ministro plenipotenciario en Londres y París, licencia que no se confirmó y puesto que no desempeñó. Su actividad política lo llevó a incorporarse al partido yorkino, grupo de la masonería que pugnaba por una república federal, y se opuso al gobierno centralista de Anastasio Bustamante a través de: El Federalista Mexicano, publicación que inició el 5 de enero de 1831. A fines de 1832, el gobierno de Bustamante cayó, y Quintana Roo se incorporó de nuevo a la administración de Santa Anna como ministro de Justicia y Negocios Eclesiásticos, cargo que le permitió influir en las cámaras legislativas para la disposición de leyes anticlericales, como prohibir a los sacerdotes tratar asuntos políticos en las cátedras de los templos, nulificación de la provisión de canonjías eclesiásticas y la disposición de dejar a los religiosos de diversos sexos en libertad de continuar o no en la clausura. A este cargo de ministro, renunció el 21 de junio de 1834, cuando Santa Anna suspendió tales disposiciones, y en 1835 se incorporó de nuevo a la misma administración como ministro de la Suprema Corte de Justicia, cargo que desempeñó hasta su muerte. Otro de los servicios que prestó al gobierno, fue su participación en 1841 en las pláticas ante el movimiento separatista de Yucatánrepresentado por Miguel Barbachano, Juan de Dios Cosgaya y Justo Sierra O’Reilly, donde llegaron a un convenio el 28 y 29 de diciembre, el cual fue desconocido por Santa Anna. Andrés Quintana Roo falleció de pulmonía el 15 de abril.