Waldemar García, Lucilo Caricaturista yucateco. Estudió dibujo en la Escuela de Bellas Artes del Estado. Colaboró en las principales publicaciones humorísticas de su tiempo, como La Revista Social (1920-1930). En 1937 hizo caricatura para la revista Sabatino. Para esta época y en dicha revista, se comenzaron a combinar fotografías de rostros de conocidas personalidades de esos años, con caricaturas.
Realizó las portadas e ilustraciones interiores de la revista Panteón Cómico, la cual se publicaba por los días de difuntos, así como dibujos litográficos para La Caricatura.
A principios de 1943, con motivo de una exposición de su caricatura en la biblioteca de la Universidad de Yucatán, la revista Orbe dijo de él: «Aunque no posea un estilo peculiar que haga identificables sus caricaturas por la simple apreciación de la composición, Waldemar ha cosechado frutos estimables de su inspiración en el arte que cultiva. Algunas de sus caricaturas son pequeñas obras maestras, en su género, expresivas del carácter y de la personalidad de los individuos escogidos».
Eduardo Urzaiz Rodríguez lo conceptualizó como el mejor caricaturista de su época. Destacan sus caricaturas de Pepe Andrés Espinosa, Pedro García Argáez, Daniel Ayala Pérez, Chole Rosado, Antonio Trujillo, Alfredo Barrera Vásquez, Pedro Guerra y Armando García Franchi, y del «Negro» Pancho, Carenzo, Wenceslao Moguel, «El Fusilado», entre otros. Falleció trágicamente en la Ciudad de México a mediados del siglo XX.